Más de dos décadas luchando por la supervivencia de la puma: "Es un patrimonio vivo, antiquísimo y que todo el mundo debe conocer"
Aurelio Robles descubrió este fruto en el huerto de sus padres en la localidad palentina de Castrillo de Villavega y desde entonces se dedica a la conservación del mismo
30 junio, 2023 07:00Su nombre es Aurelio Robles y desde hace 25 años tiene claro que su misión es luchar por la recuperación de la puma. Él es ingeniero técnico agrícola, pero, en su tiempo libre, se dedica a la conservación de algunos frutos.
Este es desconocido y se ha ido perdiendo con el paso del tiempo pese a que cuenta con grandes beneficios, además de un sabor excepcional. Sus padres son palentinos - aunque él es del País Vasco- y fue en el huerto que tienen en Castrillo de Villavega (Palencia) donde dio con este alimento.
Hay diferentes formas de llamarlo (puba, uma) aunque también distintos colores (rojo, amarillento, verde). Y destaca que nunca ha habido plantaciones, sólo los arbustos que han ido saliendo en algunos huertos a nivel privado. Se mantiene, especialmente, en la zona norte de España y el motivo es el siguiente: “De Madrid para arriba los inviernos son muy largos y casi no hay vitamina C. Este fruto la tiene y, por eso, se ha ido conservando”.
Pero, entonces, ¿por qué está desapareciendo? La explicación es fácil. Aurelio, que lleva muchos años investigando y estudiando, se ha dado cuenta de que hay una especial vinculación entre “la supervivencia de la puma y del cuidador”. Generalmente, son las personas más mayores quienes se hacen cargo de ella y los jóvenes no la conocen, por tanto, hay “una relación directa entre el supervivencia del cuidador y del fruto, es resistente”. Recuerda que, en muchos casos, la puma estaba perfecta, y con el paso del tiempo ha vuelto, y al ver que el dueño había fallecido, el fruto se ha muerto.
El querer saber más sobre él se debe a la “devoción y cariño” con el que las personas le han ido hablando con el paso del tiempo. “La gente mayor me enseñaba sus arbustos con mucho cariño y me decían que de pequeños se comían como golosinas. La gente mayor lo apreciaba mucho, hoy por hoy no”, lamenta.
Un sabor que define “exquisito y agridulce”. En su estado de maduración tiene un sabor agridulce que “quita la sed” y “te invita a seguir comiendo”. Una sensación “refrescante, de cierta acidez y que hace que quieras otro”. Aurelio lo que busca con este trabajo es poner en valor el fruto y darlo a conocer. “En el caso de que el padre o abuelo ya no estén, que las siguientes generaciones sepan que tienen un ejemplar”, asegura.
Asimismo, garantiza que las propiedades que tienen no son cualquier cosa. Fue un artículo de una bioquímica lo que le descubrió que tiene “20 veces más Vitamina C que una naranja”.
No busca ayuda de las administraciones sino que son las personas de los pueblos quienes le echan una mano en esta labor tan esencial. “Hago esto para que no termine desapareciendo, esa es la base de este trabajo”, afirma. De este modo, a lo que se dedica es a visitar ciertos pueblos tanto de Castilla y León como del País Vasco y descubrir si siguen quedando pumas en la zona.
Sería muy complicado visitar casa por casa. Por ello, lo que hace es preguntar en el bar o a la gente que se va encontrando y son ellos quienes les dan pistas para llegar hasta el arbusto. “Es un poco triste porque la gran mayoría suele hablar en pasado y no debería ser así”, asegura.
Unos frutos que tardan en salir un par de años y que son de media sombra, no de sol directo. Tampoco tienen unos cuidados “excesivos” sino un “mínimo mantenimiento”. Y recalca las características beneficiosas y la importancia de que “se conserven y le den al vecino para multiplicarlo y consumir a diario”.
Como mejor se consume es en fresco, recién sacado de la nevera o con el remojo de un arroyo. Aunque también se pueden hacer zumo o vino, incluso helado, que aporta un sabor muy refrescante. Tampoco falta la mermelada o, incluso, una salsa para acompañar a pescados y carnes.
“Siempre miramos fuera a otros países con los cultivos que funcionan, pero las condiciones climáticas aquí no son las mismas. Si mirásemos más a nuestro propio patrimonio agrícola tendríamos alternativas de cultivo interesantes. Creemos poco en nuestras posibilidades”, apostilla.
En definitiva, se trata de un “patrimonio vivo” que se ha mantenido durante los años y es “antiquísimo y muy valioso”. A su juicio, todo el mundo “lo debería conocer”.