La Policía Nacional de Burgos logra esclarecer otros nueve delitos y dos robos de vehículos de una banda de aluniceros
A finales del pasado mes de febrero agentes de la Comisaría Provincial de Policía Nacional de Burgos detuvieron in fraganti a cuatro varones, después de que violentaran un establecimiento de telefonía del interior de un centro comercial de Burgos. Tras fracturar las lunas del establecimiento con picos y mazas, se apoderaron de 77 terminales móviles de alta gama y seis tablets, siendo interceptados en su huida.
Se trataba de un grupo organizado especializado en robos con fuerza en el interior de establecimientos de telefonía, algunos de ellos ubicados directamente en la vía pública, y otros en el interior de los centros comerciales de diferentes localidades dispersos por todo el territorio nacional.
Dentro del marco de la ‘Operación Arlanzón I’, la Brigada Provincial de Policía Judicial de Burgos, fruto del trabajo de investigación y del análisis de los patrones comunes, logró imputar inicialmente a esta organización 24 robos con fuerza mediante alunizaje, dos de los cuales se produjeron en Burgos y el resto dispersos por todo el país, a los que habría que sumar 19 sustracciones de vehículos.
No obstante, los agentes han continuado la investigación para lograr la plena desarticulación de esta organización, consiguiendo acreditar la participación de los mismos en nueve hechos delictivos más, a los que habría que sumar otros dos robos de vehículos para la comisión de los mismos. Estos nuevos delitos se habían llevado a cabo en establecimientos de Murcia, Castellón de la Plana, Alcalá la Real (Jaén), Elche (Alicante) y Albacete. Alguno de estos establecimientos había sufrido más de un asalto.
En total, a lo largo de las dos fases en las que se ha desarrollado la ‘Operación Arlanzón’, se han esclarecido 54 hechos delictivos, de los cuales 33 son robos con fuerza y 21 sustracciones de vehículos.
Todos estos hechos presentan un patrón de ejecución, el conocido técnicamente por el procedimiento de ‘alunizaje’, que consiste en fracturar los acristalamientos, o incluso persianas de los establecimientos, mediante el uso directo de vehículos, o de mazas y picos, dependiendo de la facilidad de acceso a dichos establecimientos, obteniendo de esta manera cuantiosos beneficios de manera rápida y sencilla. Los autores utilizaban a tal fin vehículos robados, tanto para su ejecución, siendo coches de gama media que eran utilizados a modo de ariete, como para la posterior huida donde recurrían a turismos de gran cilindrada y mayor volumen.
Esta organización presentaba una gran especialización realizando labores previas de captación de información de los lugares donde se iba a cometer posteriormente el robo y de preparación de los vehículos a utilizar así como la sustracción de los mismos. En sus acciones empleaban medios tecnológicos y se distribuían las tareas de forma jerárquica. También recurrían a técnicas muy específicas para la consumación de los robos, lo que ha dificultado enormemente las labores de investigación llevadas a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.