Lassie, un ejemplar de collie, fue el perro más famoso del mundo en los años 50 y 60, el prototipo. En unos años, cuando se le pida a un niño dibujar a un perro, lo normal será que intente hacer a un bulldog.
Esta semana, Kendy Teng y sus compañeros de la Universidad de Sydney han publicado en la revista Canine Genetics and Epidemiology el fruto de varios meses de investigación en los que analizaron la evolución de todas las razas de perro que los australianos han ido adquiriendo o adoptando en los últimos 28 años.
El hallazgo más representativo es que, desde 1986, la demanda de perros de razas pequeñas ha aumentado sobre la de grandes y medianas. Dentro de las primeras, lideran los perros braquicéfalos, de cabezas cortas y anchas, todo lo contrario a Lassie y su rostro fino y alargado.
Además de para satisfacer nuestra curiosidad, el estudio servirá a los veterinarios para predecir la prevalencia de ciertas enfermedades, características de determinadas razas de perro. "Los veterinarios están preocupados por el bienestar de los perros braquicéfalos", apunta Teng, "ya que estas razas sufren a menudo problemas respiratorios, enfermedades de la piel y los ojos o trastornos digestivos".
En este trabajo, los investigadores analizaron los registros de perreras, aunque sólo se centraron en perros de raza pura. El registro de perros pequeños y medianos aumentó entre un 4% y un 5% con respecto a las razas grandes y entre un 11% y un 12% con respecto a razas gigantes como el dogo alemán o el deerhound.
Cabe preguntarse hasta qué punto es representativo el estudio si se restringe a un sólo país. En Reino Unido y Estados Unidos, las cifras que maneja The Kennel Club, una asociación de criadores de perro, apuntan en la misma dirección: los bulldogs, los bulldogs franceses y los carlinos se han multiplicado en los últimos diez años.
Por otro lado, una raza tan común como los yorkshire terrier está en franco declive en las islas británicas.
Es necesario resaltar que los perros aquí analizados eran de razas puras y no incluyen, por tanto, a perros híbridos o mestizos. También es cierto que, si hablamos de reducción del tamaño de los perros, en el terreno de los criadores profesionales se conocen de sobra las variantes genéticas que garantizan una descendencia con un cuerpo de tamaño reducido.
En España aún no disponemos de datos tan precisos sobre el tamaño de las razas perrunas favoritas de los españoles, aunque gracias al portal de datos abiertos del Ayuntamiento de Madrid, podemos certificar que el número de perros creció un 2,3% en 2015 y los canes siguen desmarcándose de los gatos como las mascotas favoritas de los vecinos de la capital.