Los seres humanos llevan -literalmente- milenios buscando compuestos en la naturaleza que les ayuden a fornicar. Y en todos los continentes habitados. Para cuando apareció el método científico, ciertas hierbas o alimentos formaban ya parte de la cultura popular por su poder afrodisíaco, sin saber a ciencia cierta si eran eficaces o no. En Prodigios hemos peinado las publicaciones científicas de los últimos meses para responder a esa misma pregunta: ¿De verdad funcionan?

Muchos de los compuestos estudiados por los investigadores de hoy en día surgen, precisamente, de medicinas tradicionales. Entre los que la medicina moderna ha descartado como afrodisíacos hay, por ejemplo, remedios tan extravagantes como el Shadguna Balijarita Makaradhwaja, una mezcla ayurvédica compuesta de oro, mercurio y azufre en una ratio de 1:8:24 que no ha demostrado elevar la libido, aunque parece que puede reducir los niveles de glucosa en la sangre. Tampoco la Carpolobia, planta usada desde tiempos remotos entre las tribus de Nigeria, parece tener poder erotizante.

A continuación, los remedios que sí es factible que funcionen:

El hongo de la oruga

También conocido como Ophiocordyceps sinensis, consiste en un hongo que crece en orugas muertas y lleva empleándose en la medicina tradicional china y tibetana desde hace al menos 700 años. Según diversos estudios, los polisacáridos que contiene ayudan a mejorar el sistema inmune, tratar la disfunción eréctil o estimular la libido femenina.

Tongkat Ali

Significa, literalmente, el palo andante de Ali, pero no lo interpreten de forma muy literal. Molecules, una revista suiza, analizó el pasado mes de marzo la Eurycoma longifolia, la planta floral originaria de Malasia y el sudeste asiático de la que procede este compuesto. En un estudio de doble ciego, ofrecieron 300 miligramos de extracto disuelto en agua durante 12 semanas y encontraron valores más altos en la función eréctil, la libido o la motilidad de los espermatozoides.

Cistanche

El libro más antiguo de la medicina china, Shennong Bencao Jing, escrito en el año 100, describe al cistanche -para los chinos, Rou Cong-Rong- como salado, que principalmente trata los cinco elementos y los siete daños emocionales internos y que es capaz de eliminar el frío, el calor y el dolor en el pene". 2.000 años más tarde, cinco investigadores chinos publicaban en la revista Frontiers in Pharmacology que un extracto de Cistanche tubulosa alentaba la síntesis de testosterona.

Polen de palmera datilera

Este tipo de palmera, muy común en el Golfo Pérsico o el Norte de África, ha sido empleada como afrodisíaco desde hace siglos. En concreto era su polen, rico en aminoácidos, flavonoides o saponinos, el supuesto generador de vigor sexual. Un artículo de 2006 publicado en el Iranian Journal of Medical Sciences daba validez científica a la leyenda del polen de palmera datilera: en ratas, mejoraba el número de espermatozoides, su motilidad y la calidad de su ADN. En 2014, estas hipótesis fueron refrendadas por otro estudio de la Universidad de Teherán. 

Chufa

Como lo oyen. El tubérculo de la Cyperus esculentus, aquel con el que se fabrica la horchata, también es afrodisíaco. Su cultivo se documenta en Egipto desde hace 7.000 años, y siempre ha estado vinculado a un aumento de la actividad sexual. En septiembre de 2015, un estudio publicado en Biomed Central se centró en poner a prueba los efectos afrodisíacos de la chufa, en esta ocasión en ratones. Inequívocamente, los individuos tratados con extracto de chufa en polvo demostraron un mejor rendimiento sexual y una mayor tasa de testosterona que el grupo de control. 

Ahora, los científicos deberán tratar de encontrar el vínculo entre el carácter afrodisíaco de la chufa y la llamativa cantidad de valencianos que participan en el programa de Telecinco Mujeres, Hombres y Viceversa.

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