¿Cuál es el mayor dolor que puede experimentar una persona? Si eres un varón, seguramente pienses en un golpe en los testículos. En cambio, si eres una mujer, la respuesta probablemente será el dolor que se experimenta durante el parto. Te equivocas, porque ninguno de ellos puede compararse con la picadura de la medusa cofre (Chironex fleckeri).
Este animal, también conocido como avispa de mar, tiene en su interior el veneno natural más potente del mundo, según un estudio publicado en Toxicon, una revista que difunde trabajos científicos relacionados con la toxicidad de los distintos animales, plantas y microorganismos que pueblan la Tierra. Su hábitat natural se encuentra en las costas de Australia y hay documentadas 5.500 muertes por culpa de su picadura. El dolor que se produce tras entrar en contacto con sus tentáculos puede durar hasta 24 horas, y produce calambres en brazos y piernas, taquicardia, náuseas, inquietud, sudoración e hipertensión.
Esta medusa es un animal pequeño -de entre 10 y 20 centímetros-, traslúcido, que brilla en la oscuridad y que tiene 60 tentáculos que pueden alcanzar los 80 centímetros de longitud. Su veneno, que se encuentra en el interior de los millones de aguijones micróscopicos que tiene en estos tentáculos, puede causar la muerte por paro cardíaco.
Ratones que mueren en segundos
Investigadores australianos publicaron en el año 2007 un estudio que analiza el impacto en el organismo que provoca el contacto con la medusa cofre. Para ello extrajeron del interior del animal muestras de la toxina y los sometieron a diferentes métodos de conservación. El estudio trataba de comprobar cómo la temperatura y el PH del agua afectan a la gravedad de la reacción que produce el veneno. Para eso, manipularon de cinco formas diferentes la toxina de la avispa de mar: veneno hervido (A), en un PH de escala 3 (B), congelado en seco y reconstituido con agua destilada (C), congelado y descongelado dos veces (D), y, por último, sin manipular (E).
Las únicos formato de veneno que provocaron la muerte en los ratones utilizados para el experimento fueron la C y la E. Al aplicar el veneno en los sujetos de estudio, en menos de 5 segundos se producía un aumento del ritmo cardíaco de 120 pulsaciones por minuto a casi 200. Tras alcanzar el máximo, en 15 segundos volvían a su ritmo normal, para justo después caer hasta la ausencia de latido en menos de 20 segundos, provocando la muerte.
En los otros tres formatos de veneno que fueron probados, el resultado fue similar, pero sin llegar a causar la muerte: las pulsaciones subían, para después bajar y volver a estabilizarse tras cinco segundos en el caso A, y menos de un segundo en los casos B y D.
Marcas en la piel
En el caso de accidentes por contacto con estas medusas, se han documentado numerosos episodios en los que la piel ha quedado marcada con cicatrices que recuerdan a las que deja un latigazo en la piel. En los casos en los que ha provocado la muerte, ésta se ha producido por colapso cardíaco o parálisis por el dolor en el interior del agua, llevando finalmente al ahogamiento.
Entre los meses de octubre y mayo, estas medusas se acercan a la costa para reproducirse, lo que provoca que, en lugares como Queensland, en la zona del noroeste de Australia, se prohíba el baño a la población.
'Mató' a Will Smith
El poder asesino de la medusa cofre fue aprovechado por los guionistas de la película Siete almas. En este largometraje, protagonizado por el actor estadounidense Will Smith, su muerte se produce por picaduras de la avispa de mar.
El personaje interpretado por Smith se suicida para donar sus órganos a siete personas. Como no quiere que su cuerpo sufra daños, se mete en la bañera con un ejemplar de esta especie. Tras varios gestos en los que se aprecia el dolor, finalmente el protagonista fallece por paro cardíaco.