El rápido descenso de contagios por ómicron en Sudáfrica y la aprobación en Estados Unidos del empleo de la píldora antiCovid de Pfizer abren un nuevo horizonte en la batalla contra el virus. A pesar de las cifras récord que se están registrando en Europa a pocas horas de la Navidad, el optimismo vuelve a colarse en las previsiones de 2022, año que, para la Organización Mundial de la Salud (OMS), "ha de ser el que termine la pandemia".
La actual ola de contagios de la Covid-19 en Sudáfrica, dominada por la variante ómicron, está dando sus primeras señales de caída, dejando una tasa de hospitalización del 5,7 por ciento -frente al 15,6 por ciento de la tercera ola (que estuvo marcada por la variante delta), el 16,2 por ciento de la segunda (variante beta) y el 13,1 por ciento de la primera-.
Según los datos presentados este miércoles por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica (NICD, por sus siglas en inglés), el porcentaje de muertes es, también, mucho más bajo que en olas precedentes.
Transcurrido alrededor de un mes desde la identificación de ómicron, y con los contagios empezando a ralentizarse, los hospitales sudafricanos han confirmado la muerte de un 5,6 por ciento de los pacientes admitidos por Covid, mientras que en las olas previas ese porcentaje rondaba el 20 por ciento. A pesar del pánico inicial que esta nueva variante generó, las cifras de contagios actuales del país sudafricano arrojan luz sobre cómo sortear el pico de casos en cuestión de semanas.
"Si las variantes anteriores provocaban olas con forma de Kilimanjaro, la de ómicron es más bien como si estuviéramos escalando la cara norte del Everest", ha declarado el principal científico de enfermedades infecciosas de Sudáfrica, Salim Abdool Karim, en una entrevista publicada en el Washington Post.
Karim ha explicado cómo Sudáfrica ha superado de forma rápida el pico de casos de ómicron, y considera que dicho comportamiento podría dar muchas pistas a los epidemiólogos de cara a nuevas mutaciones del virus. O incluso a un posible final de la crisis sanitaria. En la gráfica anterior, que muestra los positivos diarios de Covid registrados en Sudáfrica, se aprecia cómo la ola generada por la nueva variante ya estaría en fase de descenso tras haberse superado el pico de contagios el pasado 17 de diciembre (con 23.437 casos notificados).
"Ahora estamos bajando de nuevo por la cara sur (del Everest), y así es como pensamos que funciona una variante como ómicron, y quizás incluso más adelante con variantes posteriores", dijo el experto.
El científico sudafricano lanza, asimismo, un mensaje optimista al resto de países desbocados por ómicron, pues a juzgar por las pruebas preliminares, espera que "todos los demás países, o casi todos, sigan la misma trayectoria" que Sudáfrica.
Pfizer al rescate
Al rápido descenso de casos de ómicron en Sudáfrica se une la autorización de uso en Estados Unidos de Paxlovid, la píldora de la farmacéutica Pfizer para combatir por vía oral el virus de la Covid.
La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, en inglés), el ente regulador en Estados Unidos, anunció este miércoles la autorización de emergencia de dicha píldora, que también fue avalada este mes por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), aunque todavía no la ha autorizado oficialmente.
En un comunicado, la FDA especificó que la pastilla puede usarse para tratar casos moderados de coronavirus en adultos y menores de 12 años con al menos 40 kilogramos de peso y que tengan patologías previas, como obesidad o problemas de corazón, o un mayor riesgo de ser hospitalizados.
La pastilla de Pfizer es el primer tratamiento oral antiCovid que los estadounidenses podrán tomar en sus casas y se espera que se convierta en una herramienta crucial contra la pandemia.
La pastilla solo podrá ser comprada con receta médica y los pacientes deben tomarla tan pronto como sepan que tienen la enfermedad, como máximo dentro de los cinco primeros días en los que hayan presentado síntomas.
¿Inmunidad o menor gravedad?
Una de las principales incógnitas de ómicron es su posible resistencia a las vacunas ya existentes e inoculadas, y si genera una infección más leve que las variantes previas.
Un estudio del ya mencionado NICD ha evidenciado que los sudafricanos que se están contagiando con dicha variante tienen un 80 por ciento menos de riesgo de hospitalización, en comparación con anteriores mutaciones del virus.
El Imperial College London ha secundado dicho estudio con un análisis paralelo en el que afirma que los ingresos hospitalarios de al menos una noche se reducen entre un 40 y un 45 por ciento en los pacientes con ómicron con respecto a la variante delta.
A partir del análisis de 56.000 casos de ómicron y 269.000 de delta en Inglaterra, los investigadores concluyen que las personas infectadas con la primera variante tienen un riesgo entre un 15 y un 20 por ciento menor de ser atendidas en un centro hospitalario.
"Nuestro análisis aporta evidencia de una reducción moderada del riesgo de hospitalización asociada con la variante ómicron respecto a la variante delta", afirmó el epidemiólogo Neil Ferguson, uno de los autores del trabajo.
La epidemióloga Azra Ghani declaró por su parte que, "si bien la reducción del riesgo de hospitalizaciones con la variante ómicron es tranquilizadora, el riesgo de infección continúa siendo extremadamente alto". "Con el agregado de la dosis de refuerzo, las vacunas continúan ofreciendo la mejor protección contra las infecciones y la hospitalización", añadió la experta.
Los indicadores, estudios y análisis mencionados indican una menor gravedad de la enfermedad en esta ola, pero la doctora Waasila Jassat, especialista en hospitalizaciones del NICD, matizó que la levedad puede deberse tanto a una menor gravedad intrínseca de la variante, como a una mayor inmunidad poblacional previa.
Esta situación puede deberse tanto a las vacunas como a la protección adquirida por infecciones precedentes (que en Sudáfrica podría estar presente en un 60-70 por ciento de la población).
"Ómicron se está comportando de una manera que es probablemente menos grave (...) No está claro si este cuadro será el mismo en otros países donde hay altos niveles de vacunación pero menos nivel de infección previa", apuntó, por su parte, la especialista sudafricana Cheryl Cohen.