Marisma del Rocío, perteneciente al Parque Nacional de Doñana.

Marisma del Rocío, perteneciente al Parque Nacional de Doñana. Europa Press

Ciencia

El último golpe a Doñana: el CSIC detecta decenas de pesticidas en sus aguas, algunos de ellos ilegales

Esta contaminación también afecta al Parque Natural de las Tablas de Daimiel y advierten sobre el riesgo que puede suponer para su biodiversidad.

24 julio, 2024 02:00

Los Parques Nacionales de Doñana y las Tablas de Daimiel están en el punto de mira desde hace años por la sequía que les acecha y que los merma cada vez más. La falta de agua afecta a la flora y la fauna que los habitan, pero no es el único problema. Su calidad también es una cuestión que preocupa a los expertos. Un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha detectado la presencia de fitosanitarios en ambos entornos. Los resultados se han publicado en la revista Chemosphere y han analizado cien pesticidas en el agua y los sedimentos de estos entornos.

El objetivo de los investigadores era averiguar el efecto de la agricultura intensiva en ambos Parques Nacionales y el daño que puede suponer para la fauna silvestre. Aunque han observado una presencia generalizada de estos químicos en los dos territorios, Doñana es el más afectado. Aquí se observaron hasta 27 tipos distintos de plaguicidas, tres más que en las Tablas de Daimiel. "Esto implica que hay una contaminación que afecta a los seres vivos de estos ecosistemas", explica Ethel Eljarrat, líder del estudio y directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua  (IDAEA-CSIC).

Los científicos evaluaron el riesgo entre moderado y alto para los organismos acuáticos que habitan los entornos de Doñana y las Tablas de Daimiel. Lo más preocupante es que entre los fitosanitarios detectados, hay varios que están prohibidos en toda la Unión Europea desde 2009. Es posible que la presencia de alguno de estos químicos ilegales se deba a un uso permitido fuera del agrícola, pero la experta no cree que sea algo generalizado. "Podría ocurrir con alguno en concreto, pero no creo que fuera el caso de todos ellos". 

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Eljarrat cuenta que la permanencia de los pesticidas en el entorno depende del tipo del que se trate: hidrofílicos (quedan más disueltos en el agua) o hidrofóbicos (quedan más retenidos en los sedimentos). En el caso de los primeros, sus efectos no suelen alargarse más de unos meses, aunque el riesgo radica en que suele ser una contaminación continuada. Los segundos son mucho más duraderos y, en otras ocasiones, se han llegado a encontrar químicos que no se utilizan desde hace más de 50 años, según la investigadora. Por lo tanto, haber encontrado estos fitosanitarios prohibidos en el agua sí implicaría un uso reciente de los mismos.

El problema de este tipo de contaminación química es que su origen es difuso porque es muy difícil concretar dónde comienza. Además, se va dispersando: "Igual que fluye el agua, lo hacen los pesticidas con ella". Otra cuestión que abordan los autores es cómo afecta la sequía de estos ecosistemas a este problema. El hallazgo de mayores niveles de fitosanitarios en zonas con menor caudal muestra una relación proporcional. La disminución de agua aumenta la concentración de químicos en la misma.

Otra investigación del mismo grupo ya había encontrado anteriormente que la contaminación con fitosanitarios en Doñana podría estar disminuyendo la calidad reproductiva de las aves del Parque Nacional. Es una muestra más de que la presencia de pesticidas no solo afecta a los organismos acuáticos de los ecosistemas, sino también a las especies para las que sirven de alimento.

Una solución complicada

Este problema en Doñana y las Tablas de Daimiel no es irreversible. Todavía tiene solución, pero es una cuestión muy complicada, recalca Eljarrat, directora del IDAEA-CSIC. "Si se frenara la actividad agrícola en los entornos, mejoraría la situación considerablemente". Los sedimentos tardarían más, pero el agua quedaría limpia en unos meses si desapareciera ese aporte de químicos. No obstante, la investigadora reconoce el peso de las actividades económicas del entorno e invita a hacer "una valoración conjunta entre el cuidado del parque y esas necesidades". 

En el caso de la presencia de pesticidas prohibidos en las aguas de ambos ecosistemas, Eljarrat lo tiene claro. Las administraciones pertinentes deben identificar la procedencia de estos productos y actuar en consecuencia con quienes ponen en peligro la biodiversidad de los entornos. 

El uso de algunos de los fitosanitarios presentes en las aguas y los sedimentos de los parques nacionales estaban permitidos cuando se recogieron las muestras en 2021, pero se prohibieron a partir del año siguiente. Por eso, es importante continuar investigando y comprobar si se cumple la normativa o si los agricultores de estos entornos continúan empleándolos en sus cultivos, defiende Eljarrat. También es necesario seguir con los estudios en la zona para ampliar la información sobre las afecciones que pueda sufrir, desarrolla la directora del IDAEA-CSIC.

La científica asegura que, por desgracia, la contaminación con químicos de estos entornos no es un problema nuevo. Eljarrat asegura que de haberse realizado esta investigación hace una década el resultado habría sido el mismo. La directora del IDAEA-CSIC se queja de la falta de estudios sobre este triste fenómeno en ecosistemas como Doñana y las Tablas de Daimiel. "Es un tema que como no se ve a simple vista, muchas veces queda olvidado", lamenta.