Cae un mito de la psicología: la fuerza de voluntad es ilimitada
Durante dos décadas, la ciencia ha sostenido que la voluntad se desgasta con el uso, pero no es así.
17 agosto, 2016 00:53Noticias relacionadas
En mayo de 1998, un equipo de investigadores de la Case Western Reserve University, liderados por el matrimonio Roy Baumeister y Dianne Tice, hizo públicos los resultados de un estudio que rápidamente se convertiría en todo un paradigma dentro de la psicología moderna. El trabajo lanzaba una idea poderosa y hasta cierto punto lógica: nuestra capacidad de autocontrol es un recurso limitado que, tal y como ocurre con la resistencia física, se puede gastar e incluso agotar.
Todos hemos escuchado en alguna ocasión frases como "se me agota la paciencia" o "no pude resistirme más a la tentación"... Llámese fuerza de voluntad o autocontrol, lo verdaderamente relevante del asunto es que, a la vista de aquel estudio, nuestra capacidad para ciertas tareas de resistencia mental parecía tener un cupo limitado que además se consume con el uso.
¿Qué utilizaron para demostrar esta idea? Una de las mayores tentaciones del mundo: galletas de chocolate.
Los investigadores reunieron a un nutrido número de jóvenes voluntarios en una habitación en la que habían horneado las célebres cookies con trocitos de chocolate. Allí, embriagados por el intenso aroma de las galletas, los dividieron en dos grupos: el primer grupo podía comer las delicias de chocolate, mientras que el segundo grupo no podía tocarlas y se tenía que contentar a cambio con un cuenco lleno de rábanos, sanos pero aparentemente menos apetitosos.
Tras enfrentarse a la tentación de las galletas de chocolate y los rábanos, los dos grupos fueron invitados a resolver un difícil puzle. Ninguno de ellos lo sabía pero aquel rompecabezas era imposible de descifrar y sólo estaba allí para medir su paciencia.
Resultó que los voluntarios que habían comido rábanos y que, por tanto, habían luchado contra las ganas de atacar el chocolate, se rendían frente a la tarea del puzle imposible mucho antes que aquellos que sí habían podido comer galletas. En concreto, el grupo que pudo comer chocolate dedicó unos 34 minutos de media al rompecabezas, mientras que el frustrado grupo de los rábanos abandonaba el desafío poco después de los 19 minutos.
El artículo científico, con esta sencilla demostración, causó furor entre la comunidad de psicólogos y sociólogos, que se lanzaron a repetirlo y confirmarlo con innumerables variantes: sudokus, cubos rubik, enigmas matemáticos, laberintos... La idea era simple y su ejecución se convirtió en un clásico de los experimentos de conducta: reúnes a un grupo de voluntarios, los enfrentas a varios problemas consecutivos y analizas su capacidad de autocontrol.
Los investigadores lo denominaron Ego Depletion o Depletion Effect y con más de 3.000 citas en los últimos 20 años, se consolidó como una de las bases más sólidas de la Psicología moderna con infinitas aplicaciones que iban desde una determinada colocación de los productos más apetitosos en los estantes de los Supermercados, influencias en educación infantil hasta el entrenamiento de deportistas de élite.
Sin embargo, todo el edificio erigido alrededor de este efecto conductual comienza a mostrar graves grietas estructurales y muchos expertos afirman que se está derrumbando. El artículo original de 1998 ha desarrollado una extensa literatura científica que abarca más de 150 estudios, unos 400 experimentos diferentes y un número de participantes que sobrepasa ampliamente los 30.000 sujetos.
¿Cómo es posible que una de las bases de la psicología actual, basada en evidencias que han sido confirmadas tantas veces, pueda ser errónea?
"Hace justo dos años apareció un primer artículo que destapó la liebre del Depletion Effect sugiriendo que esta área de investigación estaba demasiado influida por sesgos de publicación o por metodologías muy cuestionables" explica a EL ESPAÑOL el doctor en Psicología Miguel Ángel Vadillo, investigador y profesor en el King’s College de Londres.
"A partir de aquí empezó a surgir la sospecha de que el fenómeno podría no ser tan robusto como se pensaba. Como estamos ante un fenómeno muy influyente, finalmente alguien pensó que lo mejor era hacer un intento de réplica en varios laboratorios a la vez", afirma, y añade: "Éste es precisamente el estudio que se acaba de publicar y que ha causado un gran revuelo en la comunicad científica".
Los resultados de este último informe han sido claramente negativos, lo que ha abierto un intenso debate entre especialistas de todo el mundo, incluyendo a los propios padres del efecto Ego Depletion, que se han defendido en un artículo en el que afirman, además, que van a elaborar su propia réplica.
20 años de sesgos y errores
La pregunta que subyace sigue siendo cómo ha podido mantenerse durante tanto tiempo una idea que ahora resulta errónea y la respuesta en este caso tiene un protagonista principal: los sesgos de publicación.
"Las revistas científicas están repletas de artículos exitosos y positivos que, sin embargo, no representan la totalidad de investigaciones que se realizan", señala Vadillo, que apunta: "Se publican mayoritariamente los trabajos con buenos resultados y se olvidan los estudios cuyas conclusiones no han sido tan claras o incluso que han sido negativas". "Si sólo publicamos los estudios que obtienen un determinado resultado y no contamos con el resto, aquellos que no han podido reproducir esos resultados, estamos incurriendo en un importante sesgo de publicación", asevera.
En el caso del Depletion Effect, algunos investigadores han aupado la idea al concentrarse durante mucho tiempo sólo en los experimentos que lo confirmaban, pero olvidar los trabajos que lo contradecían. "Cuando llegan los metaanálisis, que engloban todos los estudios realizados sin importar su resultado, es entonces cuando se empieza a ver que hay un grave problema" apunta el psicólogo. "Muchos de los estudios ignorados no sólo ponían en duda el efecto sino que incluso lo contradecían; por dar un ejemplo claro: se pudo comprobar que los grupos que comieron rábanos duraron más tiempo frente al rompecabezas".
Un problema de la ciencia
Para ahondar aún más la crisis de resultados de este campo, la revista Science publicó el año pasado un artículo inquietante en el que se afirmaba que más de un 60% de las investigaciones realizadas en el campo de la psicología no habían conseguido replicarse en otros laboratorios y grupos de trabajo.
Cuando los resultados de un estudio científico se hacen públicos, otros equipos de investigadores intentan comprobar en diferentes partes del mundo si esas conclusiones son correctas, replicando el experimento en sus laboratorios. A la vista de las conclusiones de Science, más de la mitad de esos resultados no han podido ser repetidos. Sin embargo, apunta Vadillo, "este problema no es exclusivo de la Psicología, sino que representa un factor extendido en numerosos campos de la ciencia".
"Piensa en los antioxidantes, en la vitamina E... Hasta hace bien poco pensábamos que eran muy beneficiosos para el organismo y, de hecho, aún hay muchos productos que anuncian las bondades de esos antioxidantes", explica Vadillo. "Pero resulta que ahora sabemos, gracias a estudios más recientes, que no solo no resultan beneficiosos sino que en algunos casos son directamente perjudiciales".
"La psicología no es ajena a estos sesgos y errores de metodología", afirma el experto, que concluye: "Sin embargo la clave de la ciencia moderna radica en nuestra capacidad para detectarlos y evitarlos... ahí se encuentra el verdadero desafío para el futuro".