Si tiene al menos dos millones de dólares (1.777.500 euros) y ganas de tener un souvenir de fuera de este mundo, tiene una oportunidad de conseguirlo el próximo 20 de julio. En esa fecha, la famosa casa de subastas Sotheby's permitirá a cualquiera que lo desee pujar por la bolsa que llevó el astronauta Neil Armstrong a la luna en la misión Apollo 11, la cual utilizó para recoger muestras de nuestro satélite, como rocas y polvo lunar.
Adquirir ese material fue la primera tarea de Armstrong cuando alunizaron. "Tomó cinco muestras inmediatamente, por si acaso la misión se abortaba de forma inesperada", explica a The Times Cassandra Hatton, especialista precisamente en souvernirs espaciales de la casa de subastas.
La experta declara al rotativo londinense que esperan vender la bolsa por alrededor de cuatro millones de dólares (3.555.000 euros), aunque en el blog de Sotheby's se indica que se pretende obtener entre dos y cuatro millones de dólares por el objeto.
Se considera que este tipo de material es propiedad del pueblo estadounidense y queda custodiado por la NASA. Algunas de las muestras se han regalado a otros países y la mayoría se han conservado en la Smithsonian Institution de Washington. Pero la historia de esta bolsa no es habitual, ya que al regresar de la luna se envió a un laboratorio gubernamental y allí se perdió.
En 2003, el FBI la localizó en un garaje propiedad del gerente de un planetario y no se sabe muy bien cómo en 2014 una pequeña casa de subastas la intentó vender en nombre del Cuerpo de alguaciles de EEUU (US Marshals). En dos intentos no consiguió que nadie pujara por ella, pero a la tercera fue la vencida.
Una abogada aficionada a la geología la adquirió por 995 dólares y decidió contactar con la NASA para obtener más información y saber dónde había estado esa bolsa y qué restos había dentro. El organismo gubernamental descubrió que era de la misión Apollo 11 y decidió no devolvérsela, pero la propietaria -Nancy Lee Carlson- los demandó. Al fin y al cabo, ella la había adquirido legalmente y así lo reconoció la justicia.
La mujer, como es lógico, se ha mostrado "encantada sobre la próxima venta en Sotheby's de la bolsa que Hatton ha calificado de Mona Lisa de los coleccionables espaciales.