Los teléfonos móviles de todo el mundo se han llenado estos días con mensajes que prometían un nuevo tipo de música, jamás antes conocida. "Vais a flipar" reza cualquiera de ellos, acompañado de un audio o un enlace a un vídeo de Youtube.
Lo que promete hacer flipar a los receptores no es otra cosa que la denominada música 8D, un ritmo que supuestamente engaña a tu cerebro. Para dejarse engañar solo hay que ponerse unos auriculares y escuchar esta sintonía mientras la canción te persigue de izquierda a derecha y de delante a atrás.
La persona que acceda a descubrir esta nueva moda viral sentirá que la música suena a su alrededor y no directamente de los cascos; es como si fuese andando por un centro comercial y la canción le llegase de varios puntos.
Se trata de un tipo de música que "ha triunfado", según reconoce Yerko Petar Ivanovic-Barbeito, neurólogo del Centro Integral de Neurociencias HM Cinac, pianista y compositor. "Los efectos más llamativos son la sensación de movimiento y la lejanía que podemos percibir cuando uno escucha estos audios", comenta a EL ESPAÑOL.
A pesar de ello, ha aclarado que realmente no juega con nuestro cerebro, "básicamente lo que está haciendo este tipo de música es jugar con el propio sonido que llega por los auriculares". "Juega con la capacidad de percepción del sonido, no con el cerebro", ha especificado.
Para Ivanovic, este nombre "es solo una forma de marketing". "La cuestión está en que su denominación, básicamente, lo que ha hecho es atraer a la gente al llamarle 8D. Pero, realmente lo que tratan de conseguir estas canciones es una tercera dimensión del sonido (3D), no una octava como pretenden algunos hacernos creer", ha señalado.
El cerebro nunca es engañado, la cuestión está en que depende cómo ordene o registre esos sonidos que está recibiendo por un lado y por el otro. Al ser percibidos diferente a lo que estamos acostumbrados han conseguido colarle a la gente el término 8D. "Realmente hay un movimiento, una oscilación, pero solo tiene que ver con la binauralidad", ha explicado el neurólogo sobre este término que se refiere a los sonidos grabados con dos micrófonos, que tratan de crear esta sensación 3D y de movimiento.
Una de las sugerencias que realizan para escucharlo es cerrar los ojos como algo necesario para este falso engaño al cerebro. "La realidad es que puede ayudar a que las aferencias visuales disminuyan y con ello prestemos más atención a las referencias auditivas”, ha señalado, a la vez que ha añadido que esto pasaría con cualquier cosa, porque nos permitiría prestarle más atención.
Según explica el músico, este tipo de sonidos se lleva desarrollando desde la década de 1970, aunque para Ivanovic lo realmente importante, en lo que hay que insistir, es en la calidad del sonido, independientemente de en las dimensiones que escuchemos música.
"La calidad del sonido es clave, si bien la música en directo nos aporta una experiencia que va más allá, el problema es que actualmente en la mayor parte de las plataformas donde escuchamos música en internet las canciones están registradas y grabadas en un formato de baja calidad", ha concluido.
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