Un equipo de científicos liderado por Canadá ha encontrado la segunda ráfaga de radio rápida (FRB) que se repite, débiles ondas de radio que llegan desde lejos hasta nuestra galaxia, la Vía Láctea. Los científicos creen que las FRB proceden de poderosos fenómenos astrofísicos a miles de millones de años luz de distancia, pero el origen real permanece en el misterio.
El descubrimiento de la señal extragaláctica se encuentra entre los primeros resultados esperados con impaciencia del Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno (CHIME, por sus siglas en inglés), un revolucionario radiotelescopio inaugurado a finales de 2017 por una colaboración de científicos de la Universidad de British Columbia (Estados Unidos), Universidad de McGill (Canadá), Universidad de Toronto (Canadá), el Instituto Perimetral de Física Teórica y el Consejo Nacional de Investigación de Canadá.
En un rotundo respaldo a las nuevas capacidades del telescopio, la FRB de repetición consistió en un total de 13 explosiones detectadas durante un periodo de solo tres semanas durante el verano de 2018, mientras que CHIME se encontraba en su fase de pre-comisión y solo funcionó a una parte de su plena capacidad. Desde el Valle de Okanagan, en la Columbia Británica, se detectaron ráfagas adicionales de la FRB que se repiten en las siguientes semanas mediante el telescopio.
Puede haber más señales
De las más de 60 FRB observadas hasta la fecha, solo se habían encontrado repeticiones de una sola fuente una vez, un descubrimiento realizado por el radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico en 2015. "Hasta ahora, solo se conocía una FRB repetida. Sabiendo que hay otra sugiere que podría haber más por ahí. Y con más repetidores y más fuentes disponibles para el estudio, podremos entender estos enigmas cósmicos: de dónde proceden y qué los causa"- apunta Ingrid Stairs, miembro del equipo CHIME y astrofísica de la UBC.
Antes de que CHIME comenzase a recopilar datos, algunos científicos se preguntaban si el rango de frecuencias de radio con el que el telescopio había sido diseñado para detectar sería demasiado bajo para captar ráfagas de radio rápidas. La mayoría de las FRB detectadas anteriormente se habían encontrado en frecuencias cercanas a 1400 MHz, muy por encima del rango del telescopio canadiense: de 400 MHz a 800 MHz.
Los resultados del equipo CHIME, publicados en dos artículos en Nature y presentados el mismo día en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana, en Seattle (Estados Unidos), resolvieron estas dudas, y la mayoría de las 13 ráfagas se registraron en las frecuencias más bajas de CHIME. distancia. En algunos de los 13 casos, la señal en el extremo inferior de la banda era tan brillante que parece probable que se detecten otras FRB en frecuencias incluso más bajas que el mínimo de 400 MHz de CHIME.
La mayoría de los 13 FRB detectados mostraron signos de "dispersión", un fenómeno que revela información sobre el entorno que rodea a una fuente de ondas de radio. La cantidad de dispersión observada por el equipo de CHIME les llevó a concluir que las fuentes de FRB son objetos astrofísicos poderosos con mayor probabilidad de encontrarse en lugares con características especiales.
Más allá de las hipótesis fantasiosas, que especulan sobre las emisiones energéticas de potenciales naves extraterrestres, los astronómos sospechan de los magnetars o 'magnetoestrellas'. Se trata de estrellas de neutrones con una gigantesca actividad electromagnética que lanzan poderosas eyecciones de rayos X y gamma al espacio. Cómo las señales de radio estarían vinculadas a este fenómeno es algo pendiente de determinar.