El planeta azul lo es gracias a los 1.338 millones de kilómetros cúbicos de agua salada que llenan los mares y océanos de la Tierra. Este agua afecta al clima, a los vientos y a la atmósfera, en resumen, determina toda la existencia humana. Esta semana, Science dedica su número a evaluar cómo el cambio climático generado por el hombre está afectando a los océanos.
Más acidificación
El exceso de CO2 en los océanos incrementa la acidez del agua. Para los corales, esto supone una amenaza, blanqueándolos o acabando con los menos resistentes. En esta imagen, una guardería de coral establecida a las afueras de la isla de Andros, en las Bahamas, para restaurar acroporas, una especie de coral en peligro de extinción.
Más zonas de mínimo oxígeno
Este tipo de zonas, por las que se libera metano de debajo de la superficie, son fundamentales para el océano por la absorción de nitrógeno que protagonizan. En la imagen, un lenguado, bien adaptado a estas zonas, nada sobre una filtración de metano. El cambio climático expande estas áreas ricas en metano, perjudicando a otras especies que no están tan adaptadas.
Peores efectos de la sobrepesca
La sobrepesca afecta en primer lugar a los depredadores, cuya ausencia altera gravemente el ya mermado equilibrio ecológico en zonas como los arrecifes. En esta fotografía, un tiburón merodea un área protegida en el Territorio Británico del Océano Índico.
Pérdidas de biodiversidad
El cambio climático contribuye a alterar los equilibrios ecológicos. El pez loro, por ejemplo, es como una oveja que pasta de las algas que rodean al coral, haciendo que se recupere antes y mejor de eventos como la acidificación.
Desastres naturales
El cambio climático incrementa la probabilidad de fenómenos extremos como los huracanes. Pescadores como éstos, en la costa de Bangladesh, viven gran parte del año sobre sus barcas y por su pobreza o su exposición a estos fenómenos extremos, son uno de los pueblos más vulnerables al cambio climático.