La polémica surgió el pasado mes de noviembre.
Los últimos billetes de 5 libras esterlinas emitidos por el Banco de Inglaterra están hechos de un polímero -para resumir, de plástico- cuya elaboración incluye una pequeña cantidad de sebo que confiere al billete propiedades anti-estáticas y anti-resbaladizas.
Inmediatamente, grupos de veganos y vegetarianos iniciaron una protesta a la que se unieron diversos grupos religiosos -hindús, sijs o jainistas- para los que no consumir carne o derivados de la misma es un mantra vital.
Esta semana, el Banco de Inglaterra ha optado por el pragmatismo: "Sería apropiado mantener el billete de 5 libras y seguir emitiendo el de 10 libras", programado para el próximo mes de septiembre y que llevará el rostro de la novelista Jane Austen.
"Una cantidad de sebo extremadamente pequeña es empleada en una fase temprana del proceso de producción de las bolitas de polímero, que son usadas para crear la base del sustrato para el billete de cinco libras", ha detallado en un comunicado. "El Banco sigue trabajando de cerca con los productores de polímero para determinar qué alternativas hay disponibles".
Doug Maw, un vegetariano inglés, lanzó una petición en internet para pedir al Banco de Inglaterra que retirara los billetes, consiguiendo la adhesión de más de 134.000 personas.
Algunos miembros de las comunidades sij e hindú han pedido que no se puedan introducir estos billetes en sus templos, donde la carne está prohibida.
¿Están mis billetes de euro hechos de carne?
El polímero está fabricado por la empresa Innovia Films, que colaboró por primera vez con la Reserva Federal de Australia en la producción de billetes plásticos.
En noviembre, Patricia Potts, portavoz de Innovia confirmó que se había enterado al mismo tiempo que el Banco de Inglaterra de que uno de sus proveedores, que no quisieron nombrar, empleaba el sebo animal. "Están buscando eliminarlo pero obviamente llevará tiempo, es un proceso muy complicado", dijo Potts, que añadió que Innovia Films "nunca añadiría conscientemente ningún producto animal en nuestros productos".
Actualmente, unos 24 países de todo el mundo usan el polímero Guardian de Innovia en sus billetes, por lo que podría deducirse un problema similar al de los ingleses con el sebo animal.
Hace un par de años, y debido a la decisión del Banco de Inglaterra, la mayor economía mundial en usar billetes de polímero, el Banco Central Europeo se vio sumido en un debate sobre si seguir fabricando billetes "de papel", elaborados con fibras de algodón, lino u otros materiales, o cambiar a los nuevos billetes "de plástico", más resistentes e impermeables. Durante la presentación del último billete de 10 euros en 2014, Yves Mersch, ejecutivo del BCE, dijo que lo habían estudiado pero que seguirían con el papel.