Científicos de la James Cook University de Australia han montado un dispositivo de localización del tigre de Tasmania, un animal que se creía extinto hace 80 años. Lo han hecho tras considerar "plausibles" los avistamientos declarados por dos habitantes del norte de Queensland: un vigilante del Parque Nacional de la zona y un hombre que suele hacer camping allí, según The Guardian.
Hasta ahora se creía que el último ejemplar de esta especie -Thylacinus cynocephalus es su nombre científico- había muerto en el zoológico de Hubert, también en Queensland, en 1936. Pero la presunta extinción siempre se había acompañado de rumores de avistamientos de estos animales, siempre recibidos con escepticismo por la comunidad científica.
Pero las dos últimas declaraciones han sido tomadas mucho más en serio que las anteriores. Los dos testigos oculares afirman haber visto a los animales "extintos" en la península de Cape York y su descripción detallada ha hecho que los científicos se pongan las pilas en la comprobación de su existencia.
Bill Laurance, profesor en la universidad australiana, comentó al diario inglés que los todos los avistamientos han sido por la noche y que en uno de los casos el animal fue observado muy de cerca. Así, el testigo describió sus ojos, tamaño, forma y comportamiento, que diferían de los atributos de otros animales similares como los dingos o los perros salvajes.
El especialista añadió que los detalles específicos de las personas que han visto a los animales se están tratando de forma "estrictamente confidencial", porque los testigos temen ser tomados por locos.
El biólogo Richard Dawkins ha publicado un tuit alegrándose de esta posible resurrección que, además, no se da en la isla de Tasmania -de donde el animal obtiene su nombre popular- sino en la Australia continental.
En 2013, una organización dedicada a la criptozoología - el Centre for Fortean Zoology- ya apostó por esta resurrección del tigre de Tasmania y se desplazó a la isla a comprobar la hipótesis, sin éxito.
Habrá que esperar para ver si en esta ocasión sí se logra obtener una prueba real de la existencia del animal. Y para ello, los científicos de la universidad australiana colocará más de 50 "cámaras trampa2 en la península Cape york, en cuanto empiece la llamada estación seca, en abril o mayo.
"Hay pocas posibilidades de que encontremos thylacinos pero, si no lo hacemos, obtendremos muchos datos sobre los predadores que residen en el área, lo que nos ayudará en distintos estudios", declaró la investigadora Sandra Abell, que añadió que tampoco se trataba de una "misión imposible", ya que el tigre de Tasmania no es "una criatura mitológica".