Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital ha comparecido hoy para presentar los resultados del esperado informe del MIT y Harvard sobre qué hacer con el proyecto Castor, paralizado desde hace cuatro años.
El informe, encargado hace meses por Enagás a estas universidades, ha puesto en relieve la relación entre las inyecciones de gas al depósito geológico ubicado frente a las costas de Vinaroz y los cientos de terremotos ocurridos en la zona entre 2012 y 2013, el más serio de magnitud 4,3.
Nadal ha asegurado que reabrir el proyecto tendría un "riesgo elevado", sin concretar mucho más. El informe, de 86 páginas, es bastante más detallado en cuanto a las amenazas que presentaría la puesta en marcha de las operaciones para almacenar gas en el antiguo depósito de petróleo de Amposta, a 1.750 metros de profundidad.
"Dadas las estructuras de la falla y el historial de destabilización, hay una posibilidad de terremotos de magnitud significativamente mayor", explican en el informe, dirigido por los ingenieros gallegos del MIT Rubén Juanes y David Castiñeiras. "Vale la pena señalar que una ruptura completa de la falla de Amposta en el área de estudio podría producir un terremoto de magnitud igual o superior a 6,8".
Hasta la fecha, los dos mayores terremotos de la historia de España sucedieron en el siglo XIX: uno de 6,6 en Torrevieja, Alicante (1829) y otro de 6,7 en Arenas del Rey, Granada (1884).
Por último, los ingenieros del MIT y Harvard concluyen que "definir límites de inyección seguros es difícil", por lo que el ministro Nadal ha declarado cerrado el debate: "está claro que no puede volver a funcionar".
Este informe, el más completo hecho hasta la fecha, contrasta con otros trabajos anteriores, como el trabajo realizado en 2014 que excluía a la falla de Amposta como responsable en los seísmos. El actual informe defiende, como aquel, que el factor desencadenante fueron las inyecciones de gas, pero hablan también de una sismicidad inducida y un daño en la falla.
El informe también contradice a los que manejaba Escal UGS -la empresa propietaria del proyecto participada en un 66,67% por ACS- que, según declaró su director general Carlos Barat el año pasado, preveían un terremoto de magnitud 4,7 en el peor escenario.
Sin embargo, los investigadores del MIT y Harvard exoneran a los autores de estos trabajos: "Es importante señalar que ésta es una evaluación post-mortem del Proyecto Castor, que emplea nuevos paradigmas para integrar la ecología, geofísica y la geomecánica de los reservorios", explican, "no es razonable esperar que un estudio con las metodología que suele usar la industria hubiera alcanzado estas conclusiones antes de la inyección".
Eso sí, Juanes y sus compañeros urgen a todas las partes que se adopten esos nuevos estándares para poder medir los riesgos de sismicidad.