Damos por sentado que la Tierra tiene una velocidad determinada, pues así se nos enseña en los libros de texto -a pesar de que sea imperceptible para el organismo humano-; de la misma forma que la gravedad en nuestro planeta permanece constante.Sin embargo, ¿que pasaría si la Tierra fuese más grande? ¿y si duplicase su gravedad? Las consecuencias para la humanidad, si nuestra especie sobreviviera a ello, serían catastróficas.Ahora bien, ¿y si la Tierra girase más rápido de repente? No es algo muy probable, pero si la especie humana consiguiese sobrevivir a una velocidad mayor, las consecuencias no serían demasiado halagüeñas, como bien confirman los expertos a Popular Science.
La velocidad normal de la Tierra
Para empezar, la Tierra gira sobre sí misma a una velocidad diferente según la zona en la que uno se encuentre. Por ejemplo, en el ecuador la Tierra tiene una circunferencia mayor que recorrer en 24 horas respecto a Chicago. Para compensar dicha circunferencia, la velocidad en el ecuador es alrededor de 1.669 km/h; mientras que en zonas más alejadas del ecuador como Chicado la velocidad es de unos 1.207 km/h.Si la velocidad de la Tierra se acelerase tan solo un kilómetro por hora, el nivel del mar en el ecuador se elevaría apenas unos centímetros, algo que se notaría en un par de años según el analista Witold Fraczek, de la empresa de sistemas de información geográfica ESRI.
Pérdida de peso
La fuerza centrífuga de la Tierra provocada por su rotación intenta expulsarlo todo hacia fuera constantemente, pero la fuerza de la gravedad mantiene las cosas en su sitio. Ahora bien, si la velocidad de la Tierra aumentase, esta fuerza centrífuga sería mayor, y con la gravedad constante, las cosas serían complicadas, según el astrónomo Sten Odenwald, de la NASA.
Por ejemplo, estando en uno de los polos y pesando unos 70 kilos, es posible que dicho peso disminuya a 68 kilos en el ecuador porque la fuerza centrífuga es levemente diferente -siendo mayor en el ecuador porque la velocidad de la Tierra es mayor en esta zona-. Sin embargo, si en el ecuador la velocidad de la Tierra pasase a 30.000 km/h, la fuerza centrífuga de la Tierra sería tan grande que, literalmente, no pesaríamos nada -siempre y cuando sigamos vivos en esa situación-.
Un jet lag constante
Si la velocidad de la Tierra aumenta, los días se acortan. Con tan solo 1 km/h más, el día solo se acortaría alrededor de minuto y medio, algo que el reloj interno humano apenas notaría.Sin embargo, si aumentase unos 150 km/h la velocidad de la Tierra, los días se acortarían hasta las 22 horas. Para el organismo humano esto sería provocar un horario de verano exagerado, ya que se provoca un acortamiento de dos horas y no de una, con todas sus consecuencias. Asimismo, tanto animales como plantas también notarían los efectos en su ritmo interno.Un cambio de estas características de forma drástica provocaría una desadaptación grave. Pero, según Odenwald, si dicho cambio se produce progresivamente, el organismo humano sí se acabaría adaptando correctamente.
Huracanes más potentes
En cuanto al clima se refiere, si la velocidad de la Tierra aumentase lentamente, apenas se notarían diferencias a nivel climático. Sin embargo, un cambio brusco podría ser destructivo, según Odenwald, pues los huracanes girarían más rápido también.
Si se produjese lo contrario, es decir, que la Tierra no girase en absoluto, los vientos del polo norte se dirigirían en línea recta hacia el ecuador -y al revés-. Pero esto no es así, porque la Tierra gira sobre su eje, lo que produce que los vientos se desvíen hacia el este gracias al denominado efecto de Coriolis, el mismo que produce el giro de los huracanes.Ahora bien, si la velocidad actual de la Tierra aumentase bruscamente, los vientos se desviarían todavía más hacia el este, lo que produciría huracanes más destructivos si cabe.
Un mundo acuático
Con un aumento leve de la velocidad de la Tierra, el nivel de los océanos en el ecuador apenas aumentaría unos centrímetros. Sin embargo, si la velocidad aumentase 150 km/h más, el ecuador se hundiría, llegando a cubrir la zona del Amazonas y el norte de Australia, entre otras. Si la velocidad fuera el doble de la actual, sería catastrófico: la fuerza centrífuga de la Tierra expulsaría cientos de metros de agua hacia la Tierra, dejando sin cubrir las montañas más elevadas -como el Kilomanjaro u otras cumbres de los Andes-; dejando el resto del ecuador bajo el agua sin ninguna otra excepción. Contrariamente a esto, el Océano Ártico sería más superficial, pues el agua se retiraría de esta zona al tener una menor fuerza centrífuga.
Finalmente, si la velocidad de la Tierra aumentase hasta los 30.000 km/h -17 veces más rápido de lo normal-, la fuerza centrífuga se igualará con la fuerza de la gravedad, lo que produciría una "lluvia inversa", es decir, gotas de agua que empezarían a viajar hacia la atmósfera. Si algún ser humano siguiese vivo en estas circunstancias, huiría de la zona ecuatorial hacia las zonas polares, o al menos a latitudes más meriodionales.
Terremotos
Si la velocidad de la Tierra pasase a 40.000 km/h, durante miles de años, la corteza terrestre acabaría cambiando: los polos se aplanarían y el ecuador se abultaría.Asimismo, se producirían enormes terremotos, ya que las placas tectónicas -que actualmente se mueven a una velocidad casi imperceptible- se moverían rápidamente, destrozando la vida en el mundo tal y como la conocemos.
La velocidad actual de la Tierra no es constante
Finalmente, Odenwald destaca que actualmente la velocidad de la Tierra jamás es constante, pues continuamente se va ralentizando o acelerando gracias a la producción de terremotos, tsunamis, grandes masas de aire o fusión del hielo. Aunque, eso sí, dicha velocidad apenas cambia al nivel de los milisegundos.Por otro lado, hace 4.400 millones de años, cuando se formó la Luna tras el impacto de "algo grande" sobre la Tierra, es probable que un día en la Tierra durase tan solo 4 horas por la enorme velocidad que adquirió el planeta, según Odenwald.Desde aquel momento, la velocidad de la Tierra ha ido ralentizándose alrededor de 6 km/h cada 10 millones de años, sobre todo debido a la atracción gravitacional producida por la Luna sobre la Tierra. Por ello, es más probable que la rotación de la Tierra no solo no se acelerará en el futuro, sino que se ralentizará.