Hay muchos tipos de porno y seguro que con el tiempo surgirán otros nuevos, como ahora existe el de realidad virtual. Así que, si la tecnología ha traído nuevas modalidades de sexo ante nuestros ojos, ¿por qué no usar las clásicas ilustraciones para hablar de la cópula en la época de los dinosaurios?
Recientemente, los creacionistas mostraron en redes un argumento más para intentar defender sus ideas: los dinosaurios no existieron porque su larga cola impediría tener entre ellos sexo para procrear. Incluso hay un meme en el que se ve a parejas de dinosaurios en ciertas posturas que explicarían cómo la penetración era imposible.
El bulo (¿cuántos animales con cola conocemos que siguen reproduciéndose?) ha dado incluso para vender tazas, pero, además, los zoólogos están respondiendo que justo el sexo entre dinosaurios es algo que necesitan para hacer su trabajo.
Ilustradores y científicos se alían para intentar esclarecer cómo eran las relaciones sexuales entre dinosaurios después de una larga época en el que este ha sido un tema tabú. En ocasiones, es investigando a sus descendientes como se estudia esta cuestión: pájaros y cocodrilos son esenciales.
La teoría más habitual es que los dinosaurios tenían, como estos animales, una cloaca, un pequeño orificio que sirve para eliminar desechos pero también forma parte del aparato reproductor. Los machos, al entrar en contacto con la cloaca femenina, inseminan a la hembra. Así, se cree que los dinosaurios debieron tener el mismo sistema de reproducción por cloacas. Esto dificulta las labores de investigación, porque en los fósiles es difícil discernir dónde estarían los genitales y el sistema reproductivo.
Ya en 1988, el paleontólogo Beverly Halstead explicó que la postura más probable para el acto sexual sería como la del perrito: el macho penetra (o algo por el estilo, porque no está claro que tuviera pene) a la hembra por detrás, con una pata apoyada sobre la espalda para unirse mejor. Esta teoría a veces se pone en duda por el gran tamaño y peso de algunas especies, ya que la postura sería casi un movimiento acrobático para ellos.
El especialista en biomecánica Robert McNeill Alexander, de la Universidad de Leeds (Reino Unido) ha comparado el apareamiento de los dinosaurios con el que la actualidad practican animales como elefantes y rinocerontes y en el que las hembras cargan con el peso del macho.
Estas investigaciones cobran relevancia porque los dinosaurios eran de gran envergadura o tenían apéndices, como cuernos, que podían dificultar la unión de los cuerpos. Un ejemplo es el del Pentaceratops, un herbívoro de ocho metros de largo y hasta cinco cuernos. ¿Cómo era el sexo con tanto objeto punzante? La opción que se les ha ocurrido a los científicos es que el macho se montara encima de la hembra para unir las cloacas y que elevara su cabeza al cielo.
Tierra y agua
Los científicos incluso contemplan la posibilidad de que, como muestra la imagen superior de un Sauroposeidon, los dinosaurios tuvieran relaciones en los mares o lagos de aquella época: existe la teoría de que los dinosaurios iban allí a tener sexo para mantener el equilibrio de sus grandes cuerpos. El Sauroposeidon, que vivió hace 110 millones de años en la zona del golfo de México, habría practicado sexo en el agua. Su cuello, de hasta 12 metros, también lo hubiese obligado a mantener la cabeza apuntando hacia arriba. Esta teoría comparte amplio espacio con la que asegura que los machos montaban por detrás a las hembras.
El tamaño… da igual
En la mayoría de imágenes que recrean el acto, los dinosaurios, presumiblemente macho y hembra, están copulando y no vemos sus genitales. Si bien parece claro que los dinosaurios se reproducían por las cloacas, no se sabe si los machos tenían pene o si, como algunos pájaros, unían su cloaca con la de la hembra para inseminar. De momento, no se han encontrado fósiles de estos miembros viriles y probablemente no los encontremos, ya que la mayoría de animales no tienen huesos en los genitales. Si hubo penes, también podrían haber estado alojados dentro de la cloaca, preparados para salir en el momento de la cópula, como sugiere la investigadora en biología evolutiva Sarah Werning.
Porno museístico en España
Es tanta la preocupación de los investigadores por el sexo de los dinosaurios que hay incluso reproducciones de esqueletos que muestran la cópula. Y no hay que irse muy lejos para contemplarlas: el Museo del Jurásico de Asturias muestra dos tiranosaurios, uno encima del otro, en plena faena, acompañados de una imagen de cómo podría haber sido la penetración en la vida real. Todo un atrevimiento por parte de los investigadores, sobre todo porque la estructura mide más de 12 metros de altura.