Cualquiera que haya tenido perro sabe que el mejor momento para adiestrarlos es cuando aún son cachorros, especialmente durante sus primeras semanas.
Del mismo modo que se suele decir que los niños pequeños son esponjas de conocimiento (tanto útil como inútil), los perritos también tienen muchas más facilidad para aprender que los canes adultos, por lo que cualquier nuevo estímulo puede convertirse en una enseñanza para el futuro.
Por eso, la organización británica sin fines de lucro Guide Dogs, que se dedica al adiestramiento de perros Lazarillos, ha diseñado un programa estandarizado que divide el entrenamiento de los cachorros en etapas, para aprovechar al máximo las nuevas habilidades que se manifiestan en cada momento.
Dicho plan ha sido publicado en Applied Animal Behavior Science e incluye acciones tan disparatadas como acariciarlos con un cepillo de dientes o acercarlos a hombres barbudos.
Semanas 1 y 2: nuevos usos del cepillo de dientes
Durante sus dos primeras semanas de vida los cachorros son prácticamente ciegos, por lo que es muy importante estimular su sentido del tacto, con el fin de compensar el de la vista.
Por eso, el plan incluye acariciarlos suavemente con un cepillo de dientes o envolverlos en diferentes tejidos, como nylon o forro polar.
Semanas 3 y 4: caminar y convivir con la tecnología
Durante esta etapa los perros caminan con más facilidad, por lo que se propone exponerlos a diferentes superficies, como caucho u hormigón. Así en un futuro podrán desplazarse sin problemas por cualquier tipo de suelo, incluso si no es su escenario habitual.
Por otro lado, también es importante que los sonidos habituales del hogar no les asusten ni les resulten extraños, por lo que deben estar en el máximo contacto posible con la televisión, el sonido de los teléfonos móviles o el tintineo de las llaves.
Semanas 5 y 6: la etapa hipster
Antes de finalizar el adiestramiento los perritos deben salir al exterior a explorar. En esa situación verán a nuevas personas a las que no están acostumbrados, por lo que es importante que se acostumbren a todo tipo de atuendos.
Especialmente, se deben exponer a personas con sombreros, gafas de sol o barbas y bigotes.
Por otro lado, los adiestradores también abren y cierran paraguas en frente de los perritos, para que se acostumbren a las situaciones desconcertantes y los colocan frente a espejos, para que se familiaricen con su propio reflejo.
Con el fin de comprobar si este programa es adecuado sus creadores lo probaron con seis camadas. Ocho meses después, los perros que habían seguido el plan de entrenamiento sobresalían por encima del resto, que tendían a sentirse ansiosos y asustados con más facilidad.
Este plan se pondrá en funcionamiento en diferentes centros de adiestramiento canino, pero también puede servir para cualquiera que quiera enseñar a sus cachorros a descubrir el mundo que les rodea desde el primer momento. Y si lo hacen, ya saben, no se olviden de los barbudos.