Si las tuberías de algunos cuartos de baño hablaran, nos dejarían mudos. Y no por verlas hablar, sino por lo que ha corrido por allí. Más allá del papel higiénico y las evacuaciones fisiológicas para las que están dispuestos, lo cierto es que jamás deberíamos usarlos como cubo de la basura.

Clásicos en estas advertencias son los preservativos y las compresas, pero lo que quizá no sepan muchas personas es que el pelo que queda en el cepillo al peinarse tampoco es recomendable. Te hablamos de diez cosas que deben ir a la basura en vez de al sumidero.

Tampones

Ni siquiera su funda protectora. Todas las partes del tampón, incluido el aplicador, y su envoltorio deben ir a la basura tras usarlos. Incluso si son anunciados como biodegradables o aptos para tirar al retrete.

La explicación está en que tardan mucho tiempo en deshacerse, por lo que pueden atascar el alcantarillado u otros lugares a los que caen. Una buena opción para no caer en la tentación es tener una papelera junto al inodoro.

Cabellos

Una parte habitual del aseo de cada día es cepillarse el pelo, y que ahí queden prendidos muchos cabellos. El siguiente gesto podría ser tirar estos en el váter. Pero es un error: cuando tires de la cadena, los cabellos se irán juntando y pueden crear un tapón que atasque las cañerías. Y mejor si nos ahorramos el fontanero. De nuevo, el mejor consejo es tirarlos a una papelera o a la basura.

Uñas

Lo mismo que al cabello le pasa a las uñas. Hasta Aguas de Barcelona alertó del mal destino que les dábamos. Cuando nos las cortemos, si lo hacemos en el cuarto de baño, también han de ir a la basura. Como otros elementos, podrían causar bloqueos al salir de la taza del váter. Si haces compost, hay quien usa los cabellos y las uñas para ello, así que valora la idea.

El pelo y las uñas pueden servir para hacer compost. Gtres

Lentillas

Un clásico del tirar cosas al váter. Según publicaron en 2018 investigadores de la Universidad del Estado de Arizona, aquellos estadounidenses que lo hacían (entre un 15 y un 20% de los usuarios totales de lentillas, unos 45 millones) contribuían a la contaminación plástica del medioambiente.

Las plantas de aguas residuales las fragmentaban en microplásticos que terminaban en el fango que generaban esas factorías. Los científicos pidieron que las lentes se tiraran a la basura con otros desechos sólidos y que las empresas fabricantes lo recordaran en sus envases.

Arena para gatos

Sí, hay gente que lo hace, entre otras razones porque algunas marcas anuncian que son biodegradables. Pero, una vez que tu mascota ha hecho sus necesidades y trillado el cajón, su contenido debe ir a la basura.

También los excrementos, pues podrían incluir algún microorganismo perjudicial para el agua de las plantas de tratamiento de residuos. Hasta el Ayuntamiento de Nueva York recordaba a sus ciudadanos en una guía que esta arena se podía echar a la basura común.

Algodón y bastoncillos

Otros dos elementos muy propios del cuarto de baño no pueden terminar su vida en el váter, ya que no se descomponen y forman un tapón de grasa y suciedad que, como otros productos que hemos visto, atasca las cañerías. En esta categoría también entran los discos desmaquillantes.

Por otra parte, recuerda que muchos médicos no recomiendan los bastoncillos para limpiarse los oídos, así que ahí tienes un motivo más para no comprarlos siquiera.

Los bastoncillos representan el 60% de los residuos que el hombre tira por el inodoro.

Aceites

De ningún tipo, ni por el váter ni por el lavabo ni por el fregadero. Con el tiempo, los aceites usados forman un tope de grasa que bloquea el paso de todo lo que venga después.

Además, el aceite contamina el agua o causa problemas en las depuradoras. Para ello, busca contenedores donde puedes meter botellas llenas de aceite, que en España recogen algunas ONG para proyectos sociales.

Colillas

Nada de echar un pitillo en el cuarto de baño a escondidas y dejar la colilla flotando. Pero tampoco tires de la cadena: echarlos por el váter es malo no solo por lo que tardan en descomponerse, sino porque los componentes tóxicos del cigarrillo terminan mezclándose con el agua. Nuestro consejo es que no fumes; pero, si lo vas a hacer, que las colillas terminen en el cenicero.

Las colillas, en el cenicero o en la basura. Pixabay

Toallitas desechables

Este repaso no puede terminar sin recordar los clásicos mal reciclados. Por mucho que en su envase digan que se pueden tirar al váter, las toallitas húmedas también han de ir al contenedor de restos. Si no, atascamos las depuradoras y otros centros de aguas residuales.

En agosto del año pasado, un padre y su hija de 4 años hicieron un experimento que demostraba que no se desintegraban: metieron una toallita y un trozo de papel higiénico en sendos vasos con agua y removían el contenido una vez al día. Tras dos semanas, el papel se había desintegrado y la toallita seguía igual.

Preservativos

Otro clásico son los preservativos usados. El porqué de que no se deben tirar es el látex con el que están fabricados, un material resistente que no se desintegra en el agua. Una vez utilizados, hay que hacer lo que dicen las instrucciones de la caja: atarlos y tirarlos a la basura.

[Más información en el especial sobre contaminación por plástico]

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