El momento es ahora. Bajo esta idea miles de personas se han manifestado este viernes en múltiples ciudades españolas para exigir a la clase política contundencia contra la crisis climática. Así, España se ha sumado a los 150 países que se han echado a la calle para pedir acciones reales a los gobernantes.
En el caso de Madrid, la protesta ha arrancado a las 18 horas en la Estación de Atocha. Según la Delegación del Gobierno, en la capital han participado más de 20.000 personas. Los organizadores sitúan la cifra en más de 100.000. En Barcelona, la Guardia Urbana apunta que también ha habido 20.000 personas.
Bajo proclamas como "ni un grado más, ni una especie menos" los manifestantes, con protagonismo de los jóvenes, han marchado por la arteria central de la ciudad hasta llegar a la Puerta del Sol. Beatriz Ibáñez, de 20 años, es una de ellas. Llega a la manifestación de Madrid con sus compañeras de universidad. Esta estudiante de Medicina confía poco en las intenciones reales de los políticos.
"Todavía hay partidos que envían la propaganda electoral envuelta en plástico", apunta Ibáñez con pesimismo, pero tiene claro que no va a quedarse de brazos cruzados. Una de sus acciones por la conservación del medio ambiente es haber dicho adiós a las compresas y tampones y decantarse por la copa menstrual. "Es un inventazo, se lo recomiendo a todas", dice. Además de ahorrar cada mes es una opción mucho más ecológica.
Otra de las manifestantes que se agolpa en el Paseo de Recoletos de Madrid es Marta Serrano, de 21 años. Esta joven dice que otra forma de luchar contra el calentamiento global es desde la alimentación. "Hay que reducir el consumo de carne ya. Por todos los recursos que sobreexplota esta industria", apunta Serrano.
A esta acción también se suma Isis Bornes, de 16 años. Cuenta que desde el pasado abril es vegetariana después de informarse sobre lo mucho que contamina la industria cárnica. Su amiga Marta García también tiene su fórmula. "A veces me pongo a recoger basura en la calle y trato de usar el mínimo de plástico posible, aunque es difícil porque se utiliza para todo ", cuenta. Coinciden en que la clase política está adoptando una postura egoísta "No está pensando en sus hijos y sus nietos. Sus errores los vamos a pagar nosotros no ellos", sentencia Bornes.
Movilizaciones en todo el mundo
Entre proclamas de "Gobierno escucha esta es nuestra lucha" o "tenemos plástico hasta en el Ártico", una mayoría de jóvenes manifestantes se mezclaba en la calle con familias al completo. Los carritos de bebé y los niños pequeños se abrían hueco junto a sus padres entre los miles de manifestantes en el centro de la capital. En los carteles que sujetaban los protestantes se repetía un mensaje: "No hay planeta B".
Con una bola del mundo dibujada en la cara, Álvaro Gallego, de 17 años, se sumaba a la reivindicación de que sin planeta no hay futuro. Este estudiante de ESO se declara enemigo de los plásticos. Por este motivo se ha visto obligado a dejar de comer muchos productos envasados, como las patatas fritas. "En mi casa tenemos una bolsa de papel que llevamos al super para comprar la fruta" apunta. La estrategia de David Garnelo, estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, además de reciclar sus residuos, es tratar de comprar la ropa en tiendas de segunda mano.
Las movilizaciones alrededor del mundo comenzaron hace una semana, tras una protesta encabezada por la joven activista sueca Greta Thunberg en Nueva York, en el marco de la cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas. Después, las movilizaciones se han extendido durante los últimos siete días por todo el mundo.
Este viernes en España se han sumado a la convocatoria de huelga por el clima más de 300 organizaciones, sindicatos, asociaciones ecologistas y partidos políticos. Los organizadores, agrupados en las plataformas Fridays For Future (FFF), Alianza por el Clima, Alianza por la Emergencia Climática y 2020 Rebelión por el Clima, en su manifiesto señalan la relación de la crisis climática con el actual modelo de producción y de consumo y piden que en la nueva etapa política se adopten las medidas necesarias para frenar la crisis climática.
Para el movimiento FFF, a pesar de que el Congreso acaba de aprobar la declaración de emergencia climática en España, ésta no viene acompañada de medidas concretas, por lo que "sigue habiendo mucho trabajo por hacer para evitar el colapso climático". En este sentido, fuentes del ministerio para la Transición Ecológica aseguran que "el Gobierno escuchará lo que se dice en la calle para estar a la altura del desafío", según informa la agencia EFE.