Un proyecto financiado por la Comisión Europea y respaldado por las Naciones Unidas pide a los consumidores que exijan productos electrónicos y eléctricos hechos con plástico reciclado, y a los fabricantes que integren los plásticos reutilizados en sus nuevos productos para avanzar hacia un modelo de economía circular. Y es que los desechos electrónicos superarán los 12 millones de toneladas en la Unión Europea en 2020, uno de los flujos de residuos de más rápido crecimiento, y se estima que el 23% (2,5 millones de toneladas) serán plásticos. Con esta cantidad de residuos, se podrían cargar 62,500 camiones con 40 toneladas cada uno y ponerlos en una línea que fuera desde Roma a Frankfurt.
PolyCE, un proyecto financiado por la Comisión Europea que consiste en un consorcio de 20 organizaciones de expertos, abordará este problema durante los próximos cuatro años. Los socios participantes operan en nueve países: Bélgica, Holanda, Italia, Alemania, Austria, España, Finlandia, Estados Unidos y el Reino Unido. El objetivo es reducir el uso de plásticos vírgenes y mejorar el uso de plásticos reciclados.
Aunque existen esfuerzos individuales para mejorar la recolección y el reciclaje de plásticos en desechos electrónicos, la cadena de valor de los plásticos todavía está demasiado fragmentada, y los plásticos reciclados aún se perciben como poco atractivos para el usuario final. Según el Consejo Nórdico de Ministros, los plásticos representan aproximadamente el 20% de todos los materiales en equipos electrónicos y eléctricos (EEE), la mayoría de los cuales no están diseñados para su recuperación y reutilización.
Un problema de actitud
El reto de PolyCE en estos años será crear conciencia entre los consumidores y los fabricantes para mejorar su aceptación en el mercado. "Los plásticos son un recurso valioso con un gran potencial de circularidad. En sí mismos no son el problema", dice un socio del proyecto, Kim Ragaret, de la Universidad de Gent. Este experto señala que se trata más de un problema de actitud y de gestión de residuos.
Los materiales plásticos son esenciales para fabricar muchos componentes de teléfonos, ordenadores, televisores, aspiradoras, secadores de cabello y electrodomésticos. Según los expertos del consorcio PolyCE, estos productos se pueden diseñar de forma que sea más sencilla la recuperación de los componentes plásticos.
Reciclar plástico no solo eliminaría la presión de los sistemas de desechos (en Europa, alrededor del 31% de los desechos plásticos aún ingresan en vertederos, mientras que el 39% se incinera) cada tonelada reciclada también ayudaría a evitar hasta tres toneladas de emisiones de CO2 de la elaboración de plástico nuevo.
El consorcio PolyCE tomó nota de un informe sueco que apunta que, a nivel mundial, solo se recupera y recicla el 10% de los plásticos de grado superior de bienes duraderos, mientras que las tasas de recuperación y reciclaje son de entre 50 a 90% para metales y vidrio.
Según una encuesta reciente hecha a consumidores, la mitad de los encuestados no sabían si alguna vez habían comprado un producto tecnológico que incluyera plástico reciclado. Del 25% que dijo que sí, el 86% no notó ninguna diferencia en calidad, apariencia o rendimiento.
Rol vital del consumidor
Tras ser informados sobre los beneficios para la salud y el medio ambiente de reutilizar este material, el 95% afirmó que compraría productos que incluyeran plásticos reciclados. Según el estudio, los consumidores muestran una alta disposición a actuar en línea con la economía circular, pero la participación real sigue siendo bastante baja. Desde PolyCE consideran que la comunicación es clave.
"El consumidor tiene un rol absolutamente vital un sistema sostenible de economía circular y fabricación”, dice el experto en desechos electrónicos de la Universidad de las Naciones Unidas, Ruediger Kuehr. "Lo primero es posponer el reemplazo de productos electrónicos y eléctricos reparando los viejos. Y cuando estos productos se descarten, reciclarlos adecuadamente”, añade. Finalmente, este experto apunta que los consumidores tienen que utilizar su poder adquisitivo para respaldar productos que utilicen materiales reutilizados.
El éxito de la iniciativa es relevante para varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, especialmente el número 12 (consumo y producción responsables), el 11 (ciudades y comunidades sostenibles) y el 12 (acción climática).