La adaptación generalizada de la población a dietas más saludables reduciría notablemente el impacto ambiental de la agricultura y la producción de alimentos, según una nueva investigación de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y la Universidad de Oxford (Reino Unido) publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Por primera vez, los investigadores han vinculado los impactos en la salud de los alimentos con su impacto ambiental general. El informe concluye que los alimentos con resultados positivos para la salud tienen uno de los impactos ambientales más bajos, mientras que otros alimentos menos saludables pueden ser especialmente dañinos para ambos.
"Los alimentos que conforman nuestras dietas tienen un gran impacto tanto en nosotros como en nuestro medio ambiente. Este estudio muestra que comer de manera más saludable también significa comer de manera más sostenible -explica David Tilman, profesor de Ecología, Evolución y Comportamiento en la Facultad de Biología de la Universidad de Minnesota.
"Normalmente, si un producto alimenticio es bueno para un aspecto de la salud de una persona, también es mejor para otros resultados de salud. Lo mismo vale para los resultados ambientales", prosigue el investigador.
Los investigadores exploraron cómo el consumo de 15 grupos de alimentos diferentes está, de media, asociado con cinco resultados de salud diferentes y cinco aspectos de la degradación ambiental. Así, comprobaron que casi todos los alimentos asociados con mejores resultados de salud (cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, nueces y aceite de oliva) tienen los impactos ambientales más bajos.
Del mismo modo, los alimentos con los mayores aumentos en el riesgo de enfermedades, principalmente carnes rojas sin procesar y procesadas como la carne de cerdo, carne de res, cordero y cabra, se asocian constantemente con los mayores impactos ambientales negativos.
Las dos excepciones notables son el pescado, un alimento generalmente más saludable con impactos ambientales moderados, y las bebidas endulzadas con azúcar, que presentan riesgos para la salud pero tienen un bajo impacto ambiental.
Los investigadores concluyeron que la transición de las dietas hacia un mayor consumo de alimentos más saludables también mejoraría la sostenibilidad ambiental. El estudio subraya las recientes recomendaciones de Naciones Unidas y otros organismos internacionales sobre los impactos ambientales de las dietas humanas.
Un informe de agosto del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU recomendó que las personas coman más alimentos a base de plantas como una forma de adaptarse y limitar el empeoramiento del cambio climático.
"Es importante que todos pensemos en los impactos en la salud de los alimentos que comemos. Ahora sabemos que hacer de nuestra nutrición una prioridad también pagará dividendos para la Tierra", concluye Jason Hill, profesor de Ingeniería de Bioproductos y Biosistemas en el Colegio de Ciencias de Alimentos, Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de Minnesota.
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