Las fiestas navideñas llegan de la mano de un consumismo desenfrenado del que es complicado escapar. El derroche de comida, energía o de dinero invertido en regalos inútiles es un hábito muy arraigado que le pasa factura al planeta. Según Global Footprint Network, el ritmo actual de producción y consumo demanda los recursos de 1,75 tierras. Para 2050, se estima que serán tres.
Pero hay alternativas para estas fechas que ahorran dinero y disgustos, y que también le sientan mejor al planeta. Estas son algunas claves para pasar una Navidad más sostenible y solidaria, una lista de recomendaciones que también sirve para el resto del año.
Más verduras y productos locales
Ya lo ha dijo este año el IPCC. Hay que priorizar dietas basadas en alimentos de origen vegetal, como cereales secundarios, legumbres, frutas y verduras. Si aún así se decide comer alimentos de origen animal, lo ideal es favorecer aquellos producidos de forma sostenible, que generen pocas emisiones de gases de efecto invernadero. En el caso de la carne, lo mejor es apostar por productos de ganadería extensiva y de cercanía. Si se opta por pecados, desde Ecologistas en Acción recomiendan mirar el etiquetado para elegir productos procedentes de un arte de pesca tradicional con bajo impacto.
Estas fiestas también son un buen momento para apostar por productos locales y tradicionales, como el cardo de navidad o la lombarda con manzanas. Una oportunidad para sacar de tu plato alimentos con un gran impacto ambiental y social, como los langostinos tropicales, señalan desde la organización ecologista.
El obligado regalito familiar
Brenda Chávez, autora del libro Al borde de un ataque de compras, opina que fórmulas como el amigo invisible sirven para ahorrar recursos monetarios y terrestres, porque así se evita comprar un detallito a cada miembro de la familia. "El mejor regalo es dedicar tiempo a quienes queremos", apunta en un artículo de la revista Opcions. Por eso una buena opción es sorprender con experiencias culturales o educativas: una entrada para un concierto, para una obra de teatro o un libro, son algunos ejemplos. De esta forma, "contribuimos al desarrollo individual y colectivo elevando el nivel crítico (o de reflexión) de nuestras sociedades, que falta hace", señala.
Si se regala ropa, no hay que olvidar que el sector textil es la segunda industria más contaminante. Cada año se fabrican 100.000 millones de prendas nuevas en todo el mundo, lo que genera un impacto medioambiental y social lejos de ser sostenible. Una alternativa es regalar ropa de segunda mano, de trueque o de comercio justo. En el caso de optar por la tecnología, la segunda mano siempre es una buena elección para alargar la vida de los artículos y además es más asequible. En el caso de los teléfonos inteligentes, la marca Fariphone ofrece un móvil producido, desde la mano de obra a los materiales, de forma más justa y sostenible.
Reducir los residuos
Las Navidades suponen un aumento de residuos de todo tipo. Para evitar el despilfarro de comida hay algunas pautas: planificar el menú, ajustar las raciones para cocinar solo lo necesario, congelar las sobras o repartir los restos en tuppers entre los comensales. Otra forma de adelgazar el cubo de basura llega a la hora de poner la mesa. Se recomienda evitar los platos y cubiertos de plástico desechables, las servilletas de papel o las uvas envasadas en paquetitos individuales plásticos para Nochevieja.
A la hora de salir a hacer las compras navideñas, no hay que olvidar la bolsa de tela para evitar el derroche de bolsas y más bolsas. Para esquivar el despilfarro de papel, una idea para envolver los regalos es aprovechar periódicos o revistas antiguas y darles una segunda vida.
Otro ritmo energético
El derroche de energía también es algo extendido en estas fechas. Una recomendación saludable para el planeta es reducir al máximo el uso del coche y priorizar el transporte público. También se aconseja eliminar las luces decorativas del hogar. En caso de colocarlas, priorizar los aparatos conectado a la red en lugar de aquellos que utilizan pilas. Tampoco hay que perder la cabeza con la calefacción en estas reuniones.
Desde Ecologistas en Acción animan a realizar actividades que no tiene huella ecológica: tiempo para disfrutar en buena compañía, para dar paseos por la naturaleza, para los juegos de mesa, para la lectura reposada, para el silencio o para el descanso.
Adelgazar la carta de los Reyes
"Resulta terrible que tras marcas famosas, como Disney o Mattel, se den casos de explotación, incluso infantil. Intentemos no recompensarlo con nuestro consumo. Tengamos también presente que es más interesante potenciar el juego, la creatividad y la imaginación, que el juguete y su posesión material", valora Brenda Chávez. La periodista apuesta por esquivar "el sermón" y seducir a los pequeños con la diversión.
Desde la organización ecologistas proponen animar a los niñas o niños a que reduzcan su carta a los Reyes Magos y que seleccionen aquello que más les gusta. También que hagan trueque, que intercambien, que pidan cosas que no sean objetos y que sean creativas.