Diego, la tortuga gigante de la isla Española que vivió en Estados Unidos y a su vuelta al archipiélago ecuatoriano de Galápagos (Ecuador) ayudó a salvar su especie al procrear 800 hijos, retornará este año a su hábitat, donde los piratas diezmaron a la población de estos animales.
La famosa tortuga, que vivió 30 años en el zoológico de San Diego, EE.UU., antes de ser reclutado para contribuir al programa de reproducción en cautiverio de la especie Chelonoidis hoodensis, supera los cien años de edad y volverá a su isla de origen casi ocho décadas después de haber salido.
Su retorno, el próximo marzo, llega tras el cierre del programa y ante la evidente recuperación de las condiciones del hábitat y de la población de tortugas en Española. Además de Diego serán devueltos otros 14 adultos reproductores (12 hembras y dos machos), los únicos originalmente encontrados en la isla a mediados de la década del 60.
Así, la población de tortugas gigantes ha pasado de 15 a 2000, de las cuales se estima que el 40% son descendientes de Diego. El director del Parque Nacional Galápagos, Jorge Carrión, ha explicado este viernes que actualmente el archipiélago tiene sólo el 15% del número inicial de tortugas, estimado en 400.000 individuos, de quince especies originales.
"Además de la recuperación de la población de tortugas gigantes, las acciones de manejo implementadas para la restauración ecológica de la isla, como la erradicación de especies introducidas y la regeneración de cactus a través del proyecto Galápagos Verde 2050, han ayudado para que actualmente los ecosistemas de la isla tengan condiciones adecuadas para sostener a la creciente población de tortugas", añade Carrión.
Antes de la creación del Parque Nacional Galápagos, en 1959, varios especímenes se sacaron de ese archipiélago con fines científicos, entre ellos Diego, cuya repatriación de EEUU se concretó en 1976. Ese año lo reclutaron para el programa de reproducción de las tortugas de caparazón tipo montura.
Ahora esto quince ejemplares han logrado salvar a la especie. De la población de 2.000 tortugas, unas 1.800 han sido repatriadas desde el centro de crianza, con una tasa de supervivencia del 52%.
Carrión destaca el apoyo de Diego para restaurar la población en Española, pero subraya que también sería negativo si todas las tortugas fueran descendientes de este gran reproductor. "De ley necesitamos otros especímenes que no provengan de Diego para que la variabilidad genética de las tortugas sea saludable e inclusive se pueda incrementar", indica el funcionario.
En Española hay más animales, como iguanas y lobos marinos, piqueros pero la presencia de las tortugas es indispensable para la supervivencia de otras especies, como los albatros. Esas aves requieren características especiales para llegar o despegar y, precisamente son las tortugas las que abren espacios. "En ausencia de las tortugas, las plantas leñosas invaden rápidamente y no dejan espacio para anidación de aves", explica Carrión.