La única forma de mitigar los efectos negativos de la aviación sobre el medio ambiente es reducir el número de vuelos. Esta es la principal conclusión de un informe sobre el impacto del sector aéreo elaborado por la red internacional Stay Grounded, integrada por 150 expertos y activistas. Según el estudio, las emisiones de efecto invernadero de la aviación son responsable de entre un 5 % y un 8 % del calentamiento global y podrían ser entre cuatro y ocho veces superiores en 2050 ante las expectativas de crecimiento del sector.
Según los autores, a pesar de que la industria de la aviación asegura que sus emisiones representan solo el 2 % de las emisiones mundiales de CO₂, los efectos ambientales negativos no se detienen ahí. "Aparte del dióxido de carbono, los aviones producen otros elementos nocivos (metano, ozono, hollín, estelas y nubosidad inducida) con mayor impacto climático que el CO₂", apuntan desde Ecologistas en Acción, integrantes del grupo que ha elaborado este informe, Decrecimiento de la aviación: la reducción del transporte aéreo de manera justa.
Las cifras de vuelos y contaminación "son muy elevadas, inaceptables en una situación de emergencia climática como la que estamos viviendo", ha dicho este martes en la presentación Pablo Muñoz, responsable de aviación de Ecologistas. Su compañera Nuria Blázquez, coordinadora de transporte de la organización ecologista, ha defendido que no es viable una aviación sostenible a corto plazo porque no hay alternativas verdes en el sector. "No existen aviones eléctricos que puedan hacer vuelos comerciales", ha señalado. "Podrán ser más eficientes, pero habrá muchísimos más, por lo que esa eficiencia no nos servirá de nada".
Para reducir el peso de los vuelos, único medio de transporte cuyas emisiones siguen creciendo, y fomentar alternativas más limpias, este análisis propone cinco medidas:
Reducir el tráfico aéreo
Una de las propuestas es la prohibición de vuelos de gran proximidad, como en el caso del itinerario Amsterdam-Bruselas. Muy similar a la planteada por el gobierno de la alcaldesa Ada Colau para eliminar el puente aéreo entre Barcelona y Madrid.
El informe también propone la reducción de vuelos de corta y media distancia realizables en tren en el intervalo de unas horas, o la moratoria a la ampliación o construcción de infraestructuras aeroportuarias.
Eliminar privilegios a la aviación
Los precios bajos de los vuelos son posibles gracias a las numerosas exenciones fiscales de los que goza la aviación a nivel global, y especialmente en la UE, que ponen en situación de desventaja a otras formas de transporte más sostenibles, según denuncia el estudio. El carburante de la aviación está prácticamente exento de impuestos, fruto de un acuerdo internacional.
Para frenar esta situación se propone: la introducción de un impuesto al queroseno similar al de otros combustibles, la aplicación del IVA al sector al igual que en el caso de otros medios de transporte, el establecimiento de un impuesto al carbono, o la creación de una tasa a los billetes en función de la distancia recorrida.
Penalizar a los viajeros frecuentes
Según este análisis, la aviación es un medio de transporte elitista: menos del 10 % de la población mundial ha cogido alguna vez un avión. Sin embargo, las emisiones afectan sobre todo a las poblaciones más vulnerables del Sur global.
Como medidas, el informe plantea: una tasa a los viajeros frecuentes o una tasa a los kilómetros recorridos. La primera propone encarece progresivamente el precio de los billetes comprados por una misma persona en un periodo de tiempo determinado y la segunda en función de la distancia del vuelo.
Fomentar alternativas
Desde Stay Grounded lamenta el desmantelamiento de la red de trenes nocturnos en Europa realizado durante los últimos años, coincidiendo con la puesta en marcha de políticas en favor de las aerolíneas de bajo coste y de la alta velocidad, y abogan por invertir en infraestructuras ferroviarias.
Para conseguirlo, se propone recuperar esta red (como están haciendo Austria y Suecia), reducir el precio de los billetes y aumentar la coordinación en los transbordos entre trenes nocturnos y diurnos.
Vuelos verdes: una ilusión
Los autores del estudio apuntan que los proyectos de compensación de emisiones o de inversión en combustibles alternativos (biocombustibles o combustibles sintéticos) para reducir las emisiones de la aviación, han demostrado ser "inoperantes" y "contraproducentes". Así, los autores defienden la reducción significativa de los vuelos como única forma de mitigar el impacto del sector.
"Con todos estos datos y ante la inacción de los gobiernos y el desinterés de la industria, debemos estimular un debate riguroso y de calado que impulse la puesta en marcha de políticas claras y ambiciosas de decrecimiento de la aviación", ha insistido el responsable de aviación de la organización ecologista.