El contramovimiento formado por think tanks (laboratorios de ideas, en castellano) que niegan el cambio climático ha estado muy activo en Europa en la última década, tiene un perfil ideológico neoliberal y su discurso se asemeja al de las organizaciones negacionistas de los Estados Unidos. Estas son las conclusiones del estudio que hemos publicado en la revista Climatic Change en el marco del proyecto THINKClima, liderado por la Universitat Pompeu Fabra.
En el trabajo identificamos a los ocho think tanks negacionistas más importantes de Europa que publican en inglés, castellano, alemán y francés. Para identificar los argumentos que utilizan, hemos analizado todos los textos sobre cambio climático publicados en sus webs hasta 2018 (1.669 textos durante un periodo de 24 años).
Nuestra investigación tiene como objetivo estudiar los motivos de la inacción climática en Europa. El planeta está experimentado una crisis climática sin precedentes y es urgente adoptar políticas efectivas para reducir las emisiones de gases de calentamiento global. Existen evidencias del cambio climático provocado por el ser humano desde mediados del siglo XIX y tenemos perfectamente identificados a los principales contaminadores climáticos. Entonces, ¿por qué no actuamos en consecuencia?
Entre los diferentes aspectos económicos, políticos, psicológicos y sociales que influyen en la inacción climática, hace tiempo que sabemos que los think tanks negacionistas han tenido y tienen un papel muy importante en los Estados Unidos. Numerosos estudios los han identificado como impulsores relevantes de la inacción climática y de la protección de las industrias que emiten más gases de efecto invernadero en ese país.
En Europa no se había realizado nunca una investigación de este tipo. A través del proyecto THINKClima, hemos confirmado que también aquí existe un grupo de think tanks negacionistas del cambio climático con la misma retórica y objetivos equiparables al contramovimiento de los Estados Unidos.
Los think tanks negacionistas europeos
Los think tanks son organizaciones que buscan impactar en la toma de decisiones políticas bien sea directamente o, más recientemente, también indirectamente tratando de influir en la opinión pública y los medios de comunicación.
Entre los ocho think tanks identificados como difusores de ideas negacionistas en Europa hay organizaciones de seis países:
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En el Reino Unido, el Centre For Policy Studies (CPS), la Global Warming Policy Foundation (GWPF) y el Institute of Economic Affairs (IEA).
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En Francia, el Institut Économique Molinari (IEM).
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En Alemania, el Europäisches Institut für Klima und Energie (EIKE).
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En Austria, el Austrian Economic Center (AEC).
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En Suiza, el Liberales Institut (LI).
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En España, el Instituto Juan de Mariana (IJM).
Estas organizaciones tienen en común una ideología neoliberal, es decir, defienden el libre mercado y la mínima intervención gubernamental y adoptan posiciones políticas cercanas al conservacionismo político o incluso a la extrema derecha.
El contramovimiento climático que conforman estas organizaciones es de reciente creación y se encuentra activo de forma relevante desde hace menos de una década.
La mayor parte de los think tanks identificados fueron fundados entre 2003 y 2009. Pese a que el primer texto analizado por nuestro estudio es de 1994, no hay contenidos negacionistas de relevancia hasta el 2007 y la mayor parte de los textos están publicados entre el 2014 y el 2018.
Ambos picos de publicaciones negacionistas (2007 y 2014) se corresponden con la aparición de los dos últimos grandes informes del IPCC (el Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), lo que indicaría una reacción a ellos.
Las buenas relaciones entre los think tanks negacionistas y los partidos políticos neoliberales y conservadores y los vínculos entre el contramovimiento negacionista en los EE. UU. y las organizaciones negacionistas británicas evidencian el apoyo e inspiración que las organizaciones europeas pueden haber recibido de las estadounidenses.
Más importante aún es que la eclosión del negacionismo europeo coincide con el surgimiento de corrientes populistas de extrema derecha en Europa, con las que simpatiza y tiene muy buenas relaciones.
Rechazo de la evidencia científica
La investigación realizada durante décadas en los Estados Unidos ha revelado los principales argumentos utilizados por los negacionistas del cambio climático en ese país. Nuestro estudio ha confirmado que estos argumentos aparecen de forma reiterada en los think tanks negacionistas en Europa, que utilizan la misma retórica e ideas que las organizaciones negacionistas estadounidenses.
Entre estas ideas, hemos identificado que incluso se repite en Europa el argumento más radical de todos, la negación de la existencia del cambio climático, que aparece en hasta el 22,23 % de los textos de los think tanks estudiados.
El recurso más utilizado por el contramovimiento europeo es la crítica sin base científica a activistas y políticos que combaten el calentamiento global, presente en un 63,93 % de sus publicaciones.
Pese a la existencia de un consenso científico casi total en torno al origen humano del calentamiento global, un 37,30 % de los textos de estos think tanks defienden lo contrario, apuntan a otras causas o relativizan el problema. Además, un 29,24% pone en entredicho la legitimidad del IPCC.
Las organizaciones europeas también cuestionan la difusión científica de información relacionada con la climatología, algo que ocurre en el 49,43 % de los textos. Por último, también es ampliamente utilizado el argumento de que cualquier política es peor que el calentamiento global, que aparece en el 38,83 % de los textos.
Relación con el neoliberalismo
Las ocho organizaciones europeas identificadas como negacionistas reflejan un ideario alineado con la ideología neoliberal y conservadora. Los argumentos contra la acción climática en base a esta línea ideológica aparecen en el 39,25 % de los textos que analizamos en el estudio.
Entre estos argumentos destaca el crecimiento económico como solución, la autorregulación del mercado, la no intervención de los gobiernos y la no tasación de productos contaminantes, entre otros.
La orientación neoliberal es similar a la que muestran los think tanks negacionistas estadounidenses, aunque el contramovimiento climático europeo es más modesto en número de organizaciones y recursos. Pese a ello, no puede ser considerado como una versión ligera del de EE. UU., ya que proclama en Europa los mismos argumentos, que son defendidos con la misma beligerancia.
Tanto nosotros como los expertos de Estados Unidos nos preguntamos sobre los motivos de esta estrecha simbiosis entre neoliberalismo y negacionismo. Algunos investigadores han aportado algunas respuestas. Entre ellas se encuentra la complejidad del fenómeno del cambio climático. El populismo de derechas vería el calentamiento global como una amenaza a los intereses nacionales y como un problema que no puede reducir a soluciones simples que transmitir a la población.
También existen estudios que asocian la relación entre neoliberalismo y negacionismo del cambio climático a la vulnerabilidad de ciertas masculinidades industriales. Estas masculinidades están sólidamente ancladas en la racionalidad tecnológica y el libre mercado, así como en el rechazo a la intervención gubernamental. Según estas explicaciones, esta identidad se sentiría atacada por el movimiento climático y las reivindicaciones ecologistas, lo que justificaría también su reticencia a asumir la emergencia climática.
Dos caras de la misma moneda
En nuestra opinión, otra explicación podría ser que neoliberalismo y negacionismo del cambio climático no son en realidad dos fenómenos separados, sino uno solo en evolución.
El neoliberalismo lleva décadas acumulando argumentos negacionistas con respecto a la capacidad del mercado, la desigualdad social y el agotamiento de los recursos naturales. Negar la crisis climática, sus causas antropogénicas o su gravedad formaría parte de esta lógica irracional para proteger los intereses de unas élites que se creen a salvo. Élites que se han visto favorecidas por los esfuerzos de los think tanks en más de una ocasión en el pasado.
Es importante señalar, no obstante, la necesidad de huir de la tentación de culpar únicamente a los think tanks negacionistas, de aquí o de los Estados Unidos, de la inacción climática. Si bien su papel ha sido muy relevante en los Estados Unidos, ni siquiera allí pueden considerarse los únicos culpables del desastre climático. Y es evidente que la influencia política del contramovimiento de think tanks negacionistas en Europa ha sido menor, al menos hasta hoy.
El negacionismo del cambio climático es un fenómeno complejo que abarca distintos tipos de negación, como hemos explicado desde THINKClima en un volumen publicado a principios de 2020. La ciudadanía y los medios de comunicación deben conocer la existencia de un contramovimiento negacionista activo formado por think tanks también en Europa, sin dejar de recordar la responsabilidad que tenemos todas y todos en esta crisis.
*Núria Almiron, profesora titular del Departamento de Comunicación, Universitat Pompeu Fabra y Jose A. Moreno, investigador predoctoral en Comunicación, Universitat Pompeu Fabra
**Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.