El adelanto a 2030 de la prohibición de la venta de vehículos diésel y de gasolina en el Reino Unido es una "potente señal" a la industria automovilística española de que el fin de los coches de combustión interna está cada día más cerca.
De esta manera se ha manifestado, en declaraciones a la agencia EFE Carlos Bravo, responsable de Transport & Environment (T&E) — integrada por más de 65 organizaciones europeas que buscan avanzar en el campo del transporte sostenible —, quien apunta que lo "más inteligente" sería apostar por la fabricación de coches eléctricos, algo que ya están haciendo algunos países europeos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado este miércoles que su país prohibirá la venta de nuevos automóviles y furgonetas con motores diésel y gasolina desde 2030, diez años antes de lo previsto, lo que le sitúa por delante de España que fija la desaparición de este tipo de vehículos en 2040.
En España, la industria automovilística es la segunda que más PIB genera después del turismo, y la mayor parte de lo que fabrica lo exporta; en concreto, un 11% de los coches que se venden en Reino Unido sale de España, lo que convierte al británico en un mercado significativamente importante.
Este adelanto de la prohibición del Reino Unido de la venta de vehículos diésel y de gasolina pone aún más trabas a la industria española del sector —que no podrá vender ese tipo de automóviles más allá de 2040 según el texto inicial de la ley climática española— y que verá ahora mermar aún más su cuota de mercado.
Ley de cambio climático
Con el proyecto de ley de cambio climático, aún en trámite parlamentario, España tiene la intención de cumplir con el Acuerdo de París para descarbonizar la economía en 2050, lo que implicaría cambiar la movilidad de los coches y pasar a los eléctricos, aunque la industria española es "muy reticente".
Bravo ha explicado que la prohibición de la venta de turismos contaminantes habría de adelantarse, como mínimo, a 2035, para ser coherentes con la ley climática, teniendo en cuenta que la vida útil de los vehículos de combustión interna puede extenderse unos 15 años y la norma se compromete a alcanzar la neutralidad climática en 2050.
"La industria española tiene que entender que al coche de combustión interna le quedan pocos años, porque el mercado, en general, se irá agotando", ha incidido el experto, para lamentar, que España va "atrasada", y, si no cambia, podría "cavar" su propia tumba.
Para el presidente de la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico en el Congreso y diputado de Unidas Podemos, Juantxo López de Uralde, la decisión del Reino Unido de prohibir la venta de vehículos de combustión en 2030 es un "aldabonazo muy importante", que pone de manifiesto, que la desaparición de estos vehículos está en la agenda internacional y europea.
Una parte muy importante de los coches producidos en España se exportan, por ello, para salvar los puestos de trabajo de la industria del automóvil hay que innovar, ha recalcado Uralde, quien incide en que el diésel no salvará a la industria española".