El 2021 ha comenzado con un temporal sin precedentes que ha dejado prácticamente a toda España cubierta de nieve. Tras el paso de la borrasca Filomena, una ola de frío sacude esta semana a la península, lo que ha provocado que los mercurios se desplomen en diferentes puntos del país. En este contexto de frío, el consumo de energía en los hogares se ha disparado y el precio medio diario en el mercado mayorista ha alcanzado récords históricos. El pasado viernes se alcanzó la segunda cifra más alta de la historia: 94,99 euros por megavatio y hora (MWh).
Así, tanto el elevado precio de la electricidad como las consecuencias de su producción sobre el medio ambiente, hacen que el ahorro energético en casa sea más importante que nunca. Desde Bulb, compañía de electricidad 100% renovable, señalan diez consejos que te ayudarán a mantener la temperatura en casa, ahorrar en las facturas de la luz y reducir las emisiones de carbono.
1. No pongas la temperatura al máximo: ¿Sabías que por cada grado que aumentemos la temperatura de la calefacción, se incrementa el consumo de energía aproximadamente en un 7%? Para evitar gastos innecesarios, mantén tus radiadores a 20-21ºC. Existe el mito de que poner el termostato a su máxima temperatura ayudará a calentar la casa más rápido. Esto es totalmente incorrecto, ya que independientemente de la temperatura que establezcas, tu casa se calentará a la misma velocidad. Si ves que la temperatura en casa ha bajado, ten paciencia, coge una manta y dale a tu casa la oportunidad de calentarse lentamente.
2. Cierra las puertas y aprovecha el calor residual: cerrar las puertas dentro de casa también ayudará a atrapar el calor en cada habitación, por lo que usarás menos energía para calentar espacios vacíos. Además, te recomendamos que si tienes un termostato o control individual de la calefacción, lo configures para que se encienda 30 minutos antes de despertarte y luego lo apagues un par de horas más tarde. De este modo, la casa se mantendrá caliente gracias al calor residual sin gastar de más.
3. No pongas obstáculos: tener un sofá, una mesa, una cama o unas cortinas bloqueando un radiador minimiza el efecto de la calefacción, dado que el calor es absorbido por los muebles. Secar la ropa en el radiador puede tener el mismo efecto, por lo que necesitarás más energía para calentar la habitación. Y puede generar humedad adicional en el aire y condensación. Para resolver este dilema, ¿por qué no pruebas a redistribuir los muebles de tu habitación o salón para que el radiador quede libre? Así llegará el calor a toda la sala y, de paso, le darás un nuevo aire a la estancia.
4. Cuidado en la cocina: nevera, lavavajillas, horno… la cocina está llena de electrodomésticos que consumen mucha energía. Por lo general, +5°C es suficiente para un frigorífico y -18°C para un congelador. Además, intenta no meter comida caliente en la nevera y optimiza el almacenamiento para que el frío se distribuya correctamente. En cuanto al lavavajillas, utilízalo sólo cuando esté completamente lleno e intenta poner siempre los programas de lavado “eco” y de baja temperatura, así evitarás que la energía se vaya en calentar el agua. Por último, calienta la comida en el microondas en lugar de en el horno, ya que es uno de los electrodomésticos que más energía consumen. El microondas es más eficiente y tarda menos.
5. Ahorra en tus duchas: la ducha representa el 34% del consumo de agua en los hogares españoles. Esta rutina diaria no debería durar más de seis minutos, algo que solo cumple el 9% de los españoles (la mayoría las alarga más de diez minutos). Una ducha rápida por la mañana es la mejor opción para empezar el día sin desperdiciar agua.
6. Enfría tus lavadoras y evita el uso de la secadora: lavar la ropa a una temperatura más baja te ayudará a ahorrar energía y dinero. De hecho, configurar tu lavadora en el programa de 30 grados puede ahorrarte unos 5 céntimos en la factura por cada lavado. Además, si puedes y tienes espacio, utiliza un tendedero interior para secar la ropa y evitar el uso de la secadora.
7. Recupera antiguos pasatiempos: hace frío en la calle, apenas se puede caminar por las aceras cubiertas de nieve, y la opción de pasar más tiempo enfrente del televisor gana fuerza. ¿Sabías que una hora de Netflix consume 6,1 kilovatios hora de electricidad? Es la misma energía que consume una bombilla LED durante todo un mes. Así que, ¿por qué no recuperar antiguos pasatiempos como leer, pintar o aprender a tocar un instrumento?
8. Ilumínate con LED: anochece antes, y eso significa que necesitamos encender las luces antes y durante más tiempo. Instalar luces LED en casa marcará un antes y un después. Las bombillas LED no solo utilizan menos electricidad y emiten menos calor que las bombillas tradicionales, sino que su vida útil es mucho más larga y pueden superar las 50.000 horas de duración.
9. Desenchufa para ahorrar: es muy importante desconectar los dispositivos al final del día. Algunos artículos electrónicos extraen electricidad de la toma de corriente, incluso cuando están apagados o en modo ‘stand-by’, por eso se les conoce como "vampiros eléctricos". Desenchufar los dispositivos, (tu ordenador, por ejemplo) no solo te permitirá reducir tus facturas en 7,45€ al año, sino también ahorrarle al planeta hasta 28,5 kg de emisiones de CO2 cada año.
10. Cámbiate a la energía verde: por mucho que intentemos reducir el consumo de energía, la ola de frío hará que durante estas fechas el consumo siga siendo mucho más elevado, así que mejor que sea verde. Aprovecha el tiempo en casa para revisar tu factura de la luz y leer la letra pequeña del contrato para garantizar que tu compañía eléctrica no te haya subido el precio de tu tarifa de un año para otro sin avisarte, ¡a veces suele ocurrir! Además, este pequeño cambio tiene un gran impacto en tus emisiones de carbono individuales y en la lucha contra el cambio climático. Por ejemplo, un hogar español que utiliza la electricidad verde reduce su huella de carbono en 906 kilos de CO2 al año de media. Es la misma cantidad que 314 árboles pueden absorber.