Varias organizaciones conservacionistas han mostrado su "profundo descontento" porque la Unión Europea y Estados Unidos "han vuelto a obstaculizar un acuerdo" en las negociaciones de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) para la protección del marrajo, un tiburón de unos 3,5 m de longitud de color gris azulado.
Un comunicado de la Shark League for the Atlantic and Mediterranean o SLAM (Liga para los tiburones del Atlántico y el Mediterráneo) asegura que "Canadá y otras siete partes" -Gabón, Sierra Leona, Reino Unido, Senegal, Taiwán, Guinea Bissau y Gambia- propusieron la prohibición de retener los marrajos del Atlántico Norte "gravemente sobreexplotados" y "tal y como los científicos llevan aconsejando desde hace tiempo", pero las delegaciones europea y norteamericana "se negaron a secundarla".
La presidenta del proyecto Shark Advocates International (Defensores internacionales de los tiburones), un programa sin ánimo de lucro de The Ocean Foundation (Fundación del Océano), Sonja Fordham, asegura que, "si bien es posible revertirla", el marrajo afronta "una de las crisis de conservación de tiburones más atroces del mundo" que de momento ha sido imposible desactivar debido a "los intereses económicos a corto plazo" de la UE y EEUU.
Apreciado por su carne
El marrajo dientuso es una especie de tiburón "especialmente apreciada por su carne, sus aletas y su interés deportivo", pero su lento crecimiento lo convierte en "excepcionalmente vulnerable" a la sobrepesca aunque varios Estados lo capturan sin estar sujetos a cuotas de pesca internacionales, según SLAM.
Esta organización cita a España, junto a Marruecos, Portugal y EEUU -"por este orden"- como los países que más ejemplares capturaron y precisa que, si bien los Estados miembros de la UE fueron responsables del 74% de los desembarcos de marrajo registrados en 2020, "bastaron únicamente los de España para que se produjera una sobrepesca de la población".
La coordinadora del programa marino del Ecology Action Centre (Centro de Acción Ecológica), Shannon Arnold, ha sido una de las más duras al calificar las reuniones de la ICCAT de "farsa burocrática y laberíntica, en torno a propuestas excesivamente complejas" para proteger a una especie que "ocupa el primer lugar entre las 20 poblaciones de tiburones pelágicos en términos de vulnerabilidad" entre sus pesquerías.
Las negociaciones para intentar acordar un plan de conservación continuarán ahora durante los próximos meses hasta la siguiente reunión anual de ICCAT, prevista para el mes de noviembre.