España se seca: un estudio revela que será el país europeo que más sufrirá las sequías extremas
Si no se consiguen reducir las emisiones de gases para 2080, el país sufrirá un aumento de sequías extremas de hasta un 90% en verano.
7 septiembre, 2021 06:23Noticias relacionadas
Sin agua, no hay vida, y el cambio climático está poniendo este recurso en un escenario de números rojos. Así lo demuestra un nuevo estudio publicado por la revista científica Frontiers in Water, que ha detectado los cuatro escenarios calientes que más sufrirán las sequías extremas en las próximas décadas dentro del continente europeo.
Francia, los Alpes, el Mediterráneo y la Península Ibérica podrían experimentar un aumento de más del 50% en la frecuencia de estos episodios en época estival. Sucederá a partir de 2080, y el Mediterráneo -en particular- se llevará la peor parte: en 60 años, los episodios de sequías extremas serán un 80% más frecuentes y, especialmente, será la Península Ibérica la que alcanzará el primer puesto del podio. Según el estudio, si no se consiguen reducir las emisiones de gases, España tendrá hasta un 96% más de sequías en julio y un 88% más en el mes de agosto.
Para ello, las autoras del estudio evaluaron las tendencias climáticas actuales y futuras y los puntos calientes de sequía en Europa, en base a 8 divisiones en función de su clima: las Islas Británicas, Escandinavia, Europa central, los Alpes, Europa del Este, Francia, el Mediterráneo y la Península Ibérica.
Una vez hecho esto, los investigadores analizaron el "Porcentaje de Índice Normal" (PNI), que da el porcentaje de precipitación en un período determinado en comparación con la precipitación normal en el período de referencia y en un único modelo climático en las ocho regiones. En este caso, se comparó un futuro a largo plazo (de 2080 a 2099) bajo un escenario de emisiones alto (RCP 8.5) con el presente (de 2001 a 2020).
Los resultados reflejan datos preocupantes, teniendo en cuenta que, bajo el escenario actual de emisiones, las precipitaciones en estas regiones durante los meses de verano desde el 2001 "son bajas", aseguran las investigadoras, y establecen que los períodos estivales solo han contribuido con entre un 2% y un 3% al porcentaje de precipitación anual.
Evaluados hechos pasados como estos, en los que se advierten descensos en las precipitaciones en determinadas regiones, científicos de todo el mundo se afanan en desarrollar predicciones matemáticas y establecer escenarios futuros posibles para poder plantear si no soluciones, medidas que mitiguen las consecuencias del cambio climático. Así, en España, bajo un escenario alto de emisiones (RCP 8.5), se podrán alcanzar niveles extremos de sequía que dejarán paisajes áridos y pondrán en riesgo otros aspectos como el abastecimiento humano de agua, el cuidado de los cultivos, el ganado, y, en definitiva, el mantenimiento del ritmo de consumo actual.
Ya el informe del grupo de expertos de Naciones Unidas planteaba un panorama cuanto menos desolador en España. Para 2050, alertaba de olas de calor extremas durante las próximas décadas, con hasta 20 días más al año de temperaturas por encima de los 35ºC, y hasta entre cinco y diez días más por año con niveles superiores a los 41ºC para final de siglo.
Esto, ligado a un descenso en las precipitaciones -con un aumento de sequías meteorológicas-, puede dar lugar a otro tipo de episodios como son las sequías hidrológicas, que podrían llegar a experimentarse con una frecuencia mayor: entre cada 2 y 5 años para 2080. Este tipo de sequías agota las disponibilidades de agua superficiales y subterráneas, que pueden impedir cubrir las demandas de agua al 100% durante meses, pero además dan lugar a otro tipo de sequías como las agrícolas (déficit de humedad en los cultivos).
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ya avisaba de que las sequías son el peligro más grave para los cultivos y el ganado en todas las partes del mundo, y estimaba que 55 millones de personas en todo el mundo se verían afectadas por ellas cada año.
Los cuatro focos secos de Europa
El cambio climático, está pisando el acelerador y es algo que ya se está apreciando. Olas de calor como las acaecidas en Canadá y Estados Unidos este verano fueron solo algunos de los eventos que más se repetirán en las próximas décadas. Y lo harán, advierten los científicos, cada vez de manera más severa de no conseguir reducir las emisiones de gases a la atmósfera.
La actual crisis climática ya ha tenido drásticos impactos globales. Las sequías, en concreto, se han convertido en peligros hidrometeorológicos de alto impacto en todo el mundo. En Europa, las consecuencias de la crisis climática han sido graves, y las sequías ya han causado considerables costos sociales, económicos y ambientales, especialmente en los años 2003, 2010 y 2018.
Las proyecciones climáticas muestran que se esperan eventos climáticos más frecuentes y extremos para fines del siglo XXI. Por ello, el nuevo estudio publicado establece que investigar la ocurrencia futura de sequías es crucial para la mitigación adecuada de la crisis climática.
En concreto, el estudio de Frontiers in Water, pone el foco en Europa y en las sequías que azotarán a esta región en particular. Como explica Magdalena Mittermeier, coautora del estudio e investigadora de la Ludwig-Maximilians-Universität München (LMU) en Alemania, estos episodios "aumentarán drásticamente en frecuencia, duración e intensidad en muchas regiones europeas durante el verano". Además de España, países como Francia, verán un 60% más de sequías en época estival.
En este sentido, insiste en la importancia de que los países hagan caso de lo prometido en el Acuerdo de París en 2015, porque de ello depende el grado de impacto que puedan tener las sequías en esta región y, en particular, sobre los cuatro puntos calientes que ha encontrado su estudio.
"Hallamos una clara tendencia hacia sequías estivales más prolongadas e intensas, en términos de déficit de precipitaciones, para finales de siglo en un escenario de altas emisiones de carbono (RCP 8.5)", aseguran las autoras. Añaden que hay tres hechos clave que tendrán lugar en caso de no conseguir controlar las emisiones, como son el aumento en la frecuencia de sequías en verano; condiciones más húmedas en invierno y variaciones interanuales del clima debidas a la variabilidad natural del sistema climático representadas en lo que se conocen como franjas de secado.