La lava que emana de la erupción de La Palma y que cae al mar desde la pasada noche ha creado un "enorme delta" de aproximadamente medio kilómetro de ancho, mientras que el océano a su alrededor ha cambiado de color por los efectos del material volcánico.
Eugenio Fraile, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), explica desde el buque Ramón Margalef, que se encuentra a un kilómetro de distancia de la colada, que la lava cae de forma tranquila al mar.
Solo en el momento de contacto entre el material volcánico y el mar se forman pequeñas nubes de gases, que son transportadas por el viento, pero que se diluyen rápidamente, explica el científico, jefe de la misión del IEO en La Palma.
Lo que sí es abundante es la ceniza que está cayendo y que ha obligado a cubrir los instrumentos de investigación de los que dispone este buque. Fraile ha explicado que también se ha constatado una decoloración del océano y se unen áreas en turquesa y otras marrones, especialmente en la zona cercana a la lava.
Ha recordado que este fenómeno ya se pudo observar hace diez años en la erupción volcánica submarina de la isla de El Hierro, en la que mar se tiñó de varios colores hasta que finalizó la salida del magma. El científico ha señalado que en la zona de los acantilados donde ha caído la lava también se ha producido un pequeño derrumbe.
Ha valorado antes de la caída al mar de la lava hayan podido realizar una batimetría del "punto cero" en el que ahora se acumula el material volcánico en forma de un abanico abierto. De las muestras recogidas se ha hecho un análisis químico, biológico y microbiológico que será comparado con lo que se obtenga "del punto uno" y se sabrá cómo se comporta el océano ante un fenómeno como este.
En su opinión, esta erupción volcánica es un tragedia medioambiental, pero también social en la isla de La Palma. Ha asegurado que los científicos y la tripulación del Ramón Margalef están desolados por las consecuencias de este proceso volcánico.
No obstante, están convencidos de que la única manera de ayudar es "haciendo ciencia" y sacando las mayores claves científicas de cómo se comporta esta erupción.
Fraile ha dicho que "sí o sí" en Canarias se volverá a vivir una erupción volcánica y la ciencia puede ayudar a minimizar sus efectos y ha recordado que se tienen experiencias recientes como la de la erupción del Teneguía, en La Palma, hace cincuenta años, o la del volcán submarino de El Hierro, hace diez.
La actual erupción es una oportunidad para conocer "una pieza más del puzzle" de estos procesos naturales y disponer de instrumentos más precisos "para adelantarnos a sus efectos", ha dicho el investigador.