El 43,6 % de la vegetación nativa de Chile estaría en "alto riesgo" de desaparecer entre 2061 y 2080 en caso de mantenerse la emisión de gases de efecto invernadero en las tasas actuales, reveló este miércoles un estudio de la estatal Universidad de Chile.
La investigación, liderada por la Universidad de Chile y publicada en la revista Science of the Total Environment, indica que las zonas más expuestas se encuentran en las cordilleras de Los Andes y de la Costa, al centro-sur del país.
Especies como robles, coihues, raulies y hualos, entre otros "Nothofagus" que comprenden más del 50 % de la superficie de bosque nativo chileno, presentan más de un 40 % de riesgo climático. También se vería afectado el altiplano (norte), con un 80 % de la vegetación de la estepa y más del 90 % de los salares en alto riesgo, y especies de gran longevidad del sur.
"Los bosques de pewenes (Araucaria araucana) y alerces (Fitzroya cupressoides) ya se encuentran amenazados de extinción. De acuerdo a nuestro estudio, ambas especies presentan un riesgo climático por sobre el 95 % a futuro", señaló el investigador jefe y académico de la Universidad de Chile, Andrés Muñoz-Sáez.
Políticas para gestionar la restauración
El objetivo del estudio, agregó el experto, es ayudar a generar políticas públicas que permitan "gestionar la resiliencia de los tipos de vegetación y facilitar la restauración ecológica".
Si bien las zonas de alto riesgo aumentarán a medida que suba la temperatura del planeta, el documento también arroja algo de luz y explica que otras partes operarán como "refugios climáticos", especialmente en los fiordos de Magallanes y Tierra del Fuego.
Chile, un país de 4.000 kilómetros de longitud con climas y orografías muy diversas (desierto en el norte y vastos bosques y glaciares en el sur), está considerado como uno de los 35 puntos críticos de biodiversidad del mundo, con un 50 % de sus especies vegetales endémicas.
El país sufre desde hace 13 años la peor sequía de su historia debido al cambio climático y media docena de sus regiones están bajo la emergencia climática agrícola por la falta de agua.
Como recogía otro artículo publicado en EL ESPAÑOL, el agua es un recurso esencial y cada vez más escaso. Aunque su demanda no para de crecer, conocer cómo se está gestionando y cómo se puede mejorar su consumo serán dos tareas que cobrarán cada vez más protagonismo si se quiere mitigar el impacto que puede tener en la sociedad.
Bien es sabido que en los escenarios planteados de cambio climático, se observa que hay una tendencia a aumentar tanto la duración como la frecuencia de las sequías, que ya se está empezando a observar y que además provoca problemas en actividades como la agricultura. Por este motivo, las organizaciones ecologistas piden además responsabilidad. En un escenario de cambio climático se hace cada vez más necesario ahondar en la necesidad de cambiar nuestros hábitos de consumo y hacerlos más sostenibles.