Demuestran cómo los seísmos pueden desencadenar erupciones en volcanes con alta actividad
Una investigación internacional demuestra cuándo es posible que la actividad sísmica tenga un efecto disparador en las erupciones.
28 noviembre, 2021 23:57Noticias relacionadas
Los terremotos de 2012 en América Central habrían desencadenado la erupción y activación de algunos volcanes de la zona, según un nuevo estudio internacional publicado en la revista Scientific Report.
El investigador de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC), Joan Martí, ha colaborado en esta publicación liderada por el científico Gino González, estudiante de doctorado de la Universidad de Bari (Italia) y miembro de la ONG Volcanes Sin fronteras.
El estudio demuestra la relación directa que puede existir entre actividad sísmica y volcánica. "En nuestro estudio demostramos cuantitativamente cuándo es posible que los terremotos desencadenen erupciones volcánicas", explica Martí.
De acuerdo con el trabajo, los terremotos podrían influir en la actividad volcánica, pero solo en casos muy concretos en el que el volcán ya está en un estado de preparación eruptiva muy avanzado. "En el caso de un volcán en estado de reposo, la aportación de energía sísmica a su sistema no resulta suficiente para poder iniciar la erupción", añade el vulcanólogo.
"No es una situación que se pueda dar de forma generalizada sino en casos muy particulares, lo que indica la necesidad de disponer de un buen monitoreo volcánico en aquellos volcanes potencialmente activos", detalla el investigador de GEO3BCN-CSIC.
Terremotos para detectar erupciones
Para comprobar esa relación, el equipo investigador ha analizado los seísmos ocurridos en Costa Rica, El Salvador y Guatemala entre agosto y noviembre de 2012, período en el que América Central sufrió tres de los mayores terremotos con una magnitud mínima de 7,3.
Tras estos movimientos sísmicos, la actividad volcánica de esa región se incrementó durante días e, incluso, años después. Además, hubo erupciones de volcanes que llevaban décadas o centenares de años inactivos. "Los volcanes y los terremotos están más unidos de lo que pensamos y esto podría tener implicaciones en la geodinámica global del interior de la Tierra", destaca González.
La investigación también apunta que, cuando se analiza los posibles efectos de un movimiento sísmico sobre un volcán, debe tenerse en cuenta no solo el tamaño del terremoto sino también el tiempo de ruptura, su frecuencia dominante y la energía que irradia.
"Con esta observación regional llegamos a la conclusión de que un terremoto, por más grande que sea, no es capaz de reactivar un volcán con una actividad muy baja y hacer que entre en erupción. Los seísmos no pueden disparar erupciones volcánicas, pero sí pueden ayudar a que lo hagan aquellos que están con alta actividad previa", aclara el investigador de la Universidad de Bari.
Para Dmitri Rouwet, coautor de la investigación e investigador del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, las conclusiones de este estudio son importantes para la reducción de desastres: "Sabemos que ocurrirán grandes terremotos. Si conocemos previamente el grado de actividad de los volcanes, podríamos saber qué volcanes entrarán en erupción a medio plazo".
Por eso, "se debe trabajar a nivel local y regional para prever posibles erupciones y, con ello, evitar pérdidas de vidas humanas y económicas", añade el experto.