En la actualidad existen siete especies de murciélagos en las islas Canarias, dos de ellas solo pertenecientes a este archipiélago. Una de ellas es el orejudo canario (Plecotus teneriffae), un pequeño murciélago que solo vive en Tenerife, El Hierro y La Palma. 

Restringido a estos territorios, donde se refugia en los tubos volcánicos, la especie se encuentra en la actualidad en peligro de extinción, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés). 

La misma suerte corre el murciélago de Madeira (Pipistrellus maderensis), que comparte endemismo con Madeira, Azores y algunas de las islas canarias (La Palma, La Gomera, El Hierro y Tenerife), amenazado por los pesticidas y la perturbación de sus refugios en las palmeras canarias, entre otros. 

Pero ¿es posible mejorar la situación de estos pequeños mamíferos canarios? Un equipo de científicos, liderado por la Universidad de La Laguna (ULL) en Tenerife, propone una nueva línea de investigación a través del estudio de los primeros fósiles de estas dos especies hallados en el archipiélago.  

"El registro fósil de los murciélagos es escaso en general y a nivel particular en islas es aún menor, por lo que este descubrimiento arroja información sobre la distribución pasada de estos animales y aporta información para ayudar a su conservación en condiciones de islas oceánicas y volcánicas", relata a SINC Javier González-Dionis, becario doctoral de CONICET-IIPG-UNRN, colaborador del Área de Paleontología de la ULL y primer autor del trabajo. 

Registro fósil de murciélagos endémicos en Canarias.

Fósiles conservados aún con volcanes 

Aunque las Canarias son islas oceánicas con un ambiente de vulcanismo activo histórico y la preservación de los restos fósiles podría ser complicada, los restos analizados en esta investigación presentaban una "excepcional conservación", recalca el investigador. 

El hallazgo permitió analizar los fósiles de pequeños huesos fragmentados (húmero) y la dentición del orejudo canario y el murciélago de Madeira, encontrados en el yacimiento holocénico de Cueva Roja de unos 4.000 años en El Hierro, con una antigüedad de 1,2 millones de años. 

"Aquí determinamos las dos especies endémicas de Canarias. Es la primera vez que se describen materiales fósiles para ambas especies", señala el paleontólogo. El equipo revisó además los fósiles del murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii) que se encontraron en la Cueva de los Verdes, en la isla de Lanzarote (de entre 16 y 20 millones de años de antigüedad), determinados en un trabajo anterior. 

Los análisis de las denticiones han permitido discriminar y diferenciar especies del mismo género, como el murciélago de Madeira y el de borde claro. Además, los científicos pueden comparar estas poblaciones canarias con las del norte de África, para comprender y concretar el origen de esta especie y su llegada al archipiélago. 

"El estudio aumenta el conocimiento de un grupo de animales voladores que son de gran beneficio para la humanidad debido a los recursos y procesos que proporcionan a los ecosistemas naturales", concluye el investigador.

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