La salvaje multiplicación de jabalíes en España: "El día que tu hijo atropelle uno, nos acordaremos"
Millón y medio de ejemplares de este animal se distribuye ya por más del 95% del territorio nacional. Una cifra que podría volver a duplicarse en 2025.
12 agosto, 2023 02:47De las playas de Marbella a las de Castellón, pasando por una urbanización en Madrid. Estos son sólo tres ejemplos de los enclaves urbanos en los que se han producido incursiones de jabalíes en los últimos días. "Llegará un momento en el que no se pueda decir 'aquí no me voy a encontrar uno'", asegura el investigador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) Joaquín Vicente.
Aunque parezca una exageración, lo cierto es que a Vicente no le falta razón, al menos atendiendo a los mapas de distribución: se estima que este animal ocupa más del 95% del territorio nacional. Además, la población supera el millón y medio de ejemplares. Para Vicente, son unas estimaciones groseras pero suficientes como para saber cuál es la magnitud del problema.
En este sentido, hay quienes creen que el número total es bastante mayor. "Esta cifra se obtiene en base a los jabalíes cazados en España, pero no se tiene en cuenta la caza individual o los ejemplares que mueren por otra causa como, por ejemplo, los accidentes", explica el catedrático de Sanidad Animal del IREC Christian Gortázar. Sin embargo, el estudio publicado en la revista Ecography constató que un mayor número de atropellos no siempre equivale a una mayor abundancia de animales, como ocurre con el jabalí en las zonas centrales de Castilla y León.
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Ambos expertos coinciden en la dificultad de censar una especie como el jabalí, sobre la que en realidad no existen datos oficiales. De hecho, el IREC realizará, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un estudio que cuantificará el tamaño de las poblaciones de jabalíes en nuestro país. "Nos come ya el tiempo", señala Vicente a pocas semanas de comenzar la monitorización de esta especie.
Todo apunta a que, antes incluso de tener los resultados, el investigador ya prevé las conclusiones. "Es como con las enfermedades desde el momento en el que suceden los primeros casos. Ahí es cuando puedes prevenir y tomar medidas eficaces. En cambio, si es el problema ya se ha generalizado, como el del jabalí, cuesta mucho más solucionarlo", lamenta.
Cuáles han sido las causas
Y es que las estimaciones del IREC apuntan a que en las últimas dos décadas la población en España se ha duplicado. Esta situación se ha alcanzado por diversos motivos. "Una de las principales causas ha sido el abandono del campo", señala Vicente, "del que se han beneficiado especies forestales como el jabalí". Según el Banco Mundial, España ha ganado un 33,6% por ciento de superficie forestal desde 1990 hasta 2021.
Como "cada vez tienen más hábitat, más refugio y más comida" debido al aumento de determinados cultivos como el maíz, el catedrático de sanidad animal reivindica una mayor inversión en la protección de dichas plantaciones de modo que esos recursos no estén tan a disposición de los jabalíes. "También tendemos hacia una menor ganadería extensiva que le quita los 'competidores'. La bellota que no se come una oveja, se la acabará comiendo un jabalí".
No obstante, se trata de un animal que apenas cuenta con depredadores en su distribución actual. "La única causa significativa de muerte que tiene el jabalí es la caza", añade Gortázar. En 2020 se capturaron un total de 354.577, según los datos facilitados por la Federación Española de Caza a El Periódico de España. Este número supone casi la mitad de los jabalíes capturados hace una década.
Este crecimiento se contrapone con el declive que, como indican los investigadores, está viviendo la cinegética en España, donde "progresivamente no estamos quedando sin cazadores". Y no sólo eso, sino que aquellos que se dedican todavía a esta práctica presentan una edad avanzada y, por tanto, "menos capacidad para controlar la población de jabalíes".
La necesidad furtiva ha provocado incluso que desde algunas administraciones públicas se incentive a los cazadores con más de 600.000 euros en forma de ayuda para capturar jabalíes. Así sucede ya en Cataluña, donde cazar un jabalí tiene un costo estimado para el cazador de 1.300 euros.
Otro de los motivos por los que el jabalí ya se ha habituado a ciertas zonas urbanas recae precisamente en la actividad humana. "Hay que tener cuidado con el alimento que en ocasiones se deposita para algunas especies como, por ejemplo, los gatos", expone Gortázar, "ya que está demostrado —al menos, en Barcelona— que se produce un mayor número de avistamiento de jabalíes cerca de las colonias de gatos".
Población duplicada en 2025
Esta "población omnipresente" se encuentra en lo que se conoce como su mayor productividad. "En esta fase no tiene tanta productividad. Pero, como nunca habíamos llegado hasta este punto, no sabemos en qué pico se va a detener", describe Vicente.
Según las previsiones del IREC, el jabalí podría llegar a los dos millones de ejemplares en nuestro país. Una tendencia que, en opinión de Gortázar, se mantendrá. "Aunque hay diferencias entre provincias", matiza. En el caso de Gerona o Huesca, sitios con densidades muy altas, ya hay tantos jabalíes como caben.
En muchas otras provincias españolas todavía hay un espacio para el crecimiento demográfico, con el posible riesgo que puede conllevar. La sobrepoblación del jabalí tiene un gran impacto sobre la conservación. "En humedales donde se encuentran estos humedales, el éxito reproductivo de las aves acuáticas que crían en el suelo cae desplomado", destaca este investigador. "Puede provocar problemas de salud, teniendo en cuenta que mantienen enfermedades como la Hepatitis E o la triquinosis".
Vicente también coincide en que la repercusión de este animal dependerá del lugar en el que éste se encuentre. Así, mientras en una zona es posible que no cause daños particularmente graves, en otras una docena de jabalíes podría llevar a una especie a su extinción.
Por ello, no le resulta extraño que haya vídeos de jabalíes en playas o urbanizaciones. "Son especies que nos pierden el miedo. Es algo normal", aclara Vicente, "lo que no es normal que estando presente el conflicto sigamos alimentándolo muchas veces por el arraigo social de no hacer daño al animal". "El día que tu hijo enferme, le muerda o sufra un atropello, entonces nos acordaremos de que existe un problema y hay que gestionarlo, al igual que hacemos con cualquier otro", remacha Vicente.