El verano de 2019 dice adiós el lunes 23 a las 09.50 horas. Ha sido una estación para el recuerdo: nos deja récords de calor tanto diurnos como nocturnos, variaciones extremas de las precipitaciones desde la ausencia total a las lluvias torrenciales, y una entrada directa en el ranking histórico de altas temperaturas desde que existen registros. El otoño que comienza, por su parte, tiene visos de continuar la tendencia.
Los últimos meses de junio, julio y agosto han supuesto el décimo verano más cálido desde 1965 y el noveno desde que comenzó el siglo XXI. Gran parte de la responsabilidad la tienen las olas de calor, que se presentan hoy en día con una probabilidad "diez veces mayor" ya desde primer mes de la estación, según explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Cita el recórd histórico de 40.7 ºC registrados el 28/06/19 en la estación del Retiro (Madrid).
Esta primera ola del 26 de junio al 1 de julio afectó especialmente al centro y nordeste de la Península, precisa Del Campo, con "la masa de aire más cálida que ha afectado a España en 40 años". La segunda tuvo lugar entre el 20 y 25 de julio, y se detiene en el hito de los 39º C que alcanzó la estación del Monte Igueldo de San Sebastián: superó el récord del memorable verano de 2003 en un punto elevado y alejado de la ciudad, subraya el meteorólogo, en donde no se produce el efecto de 'isla de calor'.
Contando con ciertas "anomalías frías" que se produjeron "en áreas del tercio oeste", la temperatura media fue de 23.8 ºC, lo que supone 0.8 ºC por encima de lo normal. Y otro fenómeno por el que muchos maldicen el recuerdo el estío que ahora termina el de las 'noches ecuatoriales', cuando la temperatura nocturna supera los 25 ºC y deja en 'fresquitas' las 'noches tropicales': hubo mínimas de casi 27 ºC en Murcia-Alcantarilla, 26.6 ºC en Valencia-aeropuerto o 25.9 ºC en Segovia.
Todo sumado, ¿qué nos trae el otoño? Una probabilidad de ser más cálido de lo normal en la Península y Baleares, mientras que en Canarias la tendencia es incierta, avisan desde AEMET. De media, se esperan temperaturas un 0.6 ºC superiores a la media, que pueden subir hasta a un grado en ciertos puntos candentes: el noroeste peninsular, sistema Central, Montes de Toledo, Subbética, y sur del sistema Ibérico.
¿Implica esto mucho calor o poco? Beatriz Hervella, también portavoz de la AEMET, nos recuerda que han bastado 0.8 ºC de más para colocar este verano en el 'Top ten'.
Desde eltiempo.es añaden que el otoño comenzaría con los termómetros marcando temperaturas por encima de la media en el interior y este peninsular. Levante y el archipiélago balear tendrían las mayores probabilidades de experimentar más calor de lo habitual mientras que serían el extremo sur y noroeste peninsular las regiones que mantendrían los registros más acordes con la época.
Sequía y lluvias torrenciales
En cuanto a precipitaciones, la suma del verano da un volumen que entra en la "normalidad", pero Del Campo advierte que hay que desglosarlo por meses para revelar las anomalías: junio fue un mes anormalmente seco, seguido por un julio y agosto húmedos en los que se han producido episodios de lluvias torrenciales. A destacar los temporales de Navarra en época de Sanfermines y la catástrofe de Olite, donde cayeron 111 litros por metro cuadrado. Un fenómeno así, subraya el meteorólogo, sucede una vez cada 100 años.
El segundo episodio más severo se ha dado en la segunda quincena de agosto: entre el 25 y el 27, más de 40 estaciones registraron lluvias torrenciales. Tres puntos superaron los récords históricos de precipitaciones veraniegas: Alicante, con 87 litros por m2; Alicante-Elche-aeropuerto, con 85 litros; y Huesca, con 72. Sin embargo, el cómputo total de este año hidrológico es un 12% inferior a lo normal y la sequía meteorológica es una realidad en prácticamente toda la mitad occidental de la Península, así como en "parte de Mallorca y puntos de las islas occidentales de Canarias".
No hay una indicación estacional de qué tendencia tendrá el otoño en cuanto a lluvias, señala AEMET. Pero desde eltiempo.es indican que las condiciones han contribuido a la reciente e histórica 'gota fría' en el sureste peninsular siguen presentes. El calor en la superficie terrestre y marítima, efectivamente, favorece los chubascos cuando se presentan masas de aire frío y húmedo como el que trajo la depresión aislada en niveles altos (DANA).
"El verano ha sido especialmente caluroso y la temperatura del Mediterráneo está especialmente alta. Las lluvias que se produzcan en los próximos meses en la región pueden ser torrenciales", advierte la meteoróloga Mar Gómez.
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