¿Es más sano consumir un refresco 'cero calorías y cero azúcares' -pero refresco al fin y al cabo- que el aceite de oliva, puntal de la dieta mediterránea y con virtudes cardiosaludables? Es lo que podría parecer a partir de las simulaciones con Nutriscore, el nuevo etiquetado que Sanidad hará obligatorio para alimentos y bebidas, a partir de las analíticas que ofrece la ONG Open Food Facts. El sorprendente resultado daría un notable 'B' a la Coca-Cola Zero pero un suspenso 'D' para el aceite virgen extra.
Este 'semáforo nutricional' consiste en una atribución de puntos en función de la composición nutricional por 100 g del producto. Según su cómputo de calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio, obtendrán entre 1 y 10. Después, se les restarán hasta 5 puntos en base a los elementos "favorables"que contengan (proteínas si son de origen vegetal, fibras y porcentaje de frutas, verduras, leguminosas y frutas oleaginosas). El algoritmo, con algunas adaptaciones para bebidas, materias grasas y queso, determinará el resultado final.
Sin embargo, el barómetro establece los 100 gramos de producto como base del cálculo para evitar que los productores trampeasen el sistema eligiendo ellos mismos cuál es la cantidad de "una ración". Así, una Coca-Cola Zero tiene 0 g de grasa y una escasa proporción de azúcar por 100 g de producto, pero el aceite de oliva es 100% grasas y no puede aprobar según estos criterios. La impresión que podía quedar es que el consumo de aceite es insano, cuando en realidad 100 gramos exceden en mucho la cantidad que se puede encontrar en las frituras y aliños que se consumen diariamente.
Ante la polémica, el Ministerio de Sanidad aclara que el cometido de Nutriscore no será el de comparar entre dos alimentos diferentes, sino entre productos de la misma gama pero preparados y comercializados de forma diferente. Unos serán más procesados o contendrán más aditivos como azúcares y grasas saturadas que otros. Así, los alimentos que contengan un solo ingrediente quedan 'indultados' y no tendrán que someterse al semáforo nutricional, incluyendo el aceite de oliva, la leche, los huevos o la miel.
Asimismo, el ministerio recuerda que, aunque se inspira en el modelo francés, el Nutriscore que se aplique en España se adaptará a la dieta mediterránea, "para lo que se contará con los mejores expertos en la materia". Según recuerdan, el sistema "está ideado para que el consumidor elija, de entre los mismos tipos de productos que se encuentran en el lineal, el más saludable. Con ello mejorará su dieta y se fomenta la mejora de la composición de los productos".
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