Cuánto aguantan los langostinos y otras 8 sobras en la nevera antes de volverse peligrosas
- Los restos de las cenas y comidas navideñas deben consumirse en un corto espacio de tiempo si se quieren evitar consecuencias para la salud.
- Llevas toda la vida guardando mal los alimentos en la nevera
- Esto es lo mejor y lo peor del pescado y el marisco más vendido en la pescadería
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Transcurridas las copiosas comidas y cenas de la época navideña, es altamente probable acabar con el frigorífico repleto de comida sobrante. Es frecuente consumirla durante los días siguientes, pero en otros casos y con la hartura de las comilonas en el cuerpo, tendemos a olvidarnos de ellas.
Sin embargo, no todos los tipos de comida subsisten igual a lo largo del tiempo, y es importante saber la cantidad de tiempo del cual disponemos dentro de un rango de seguridad adecuado para evitar potenciales intoxicaciones alimentarias.
Cuánto aguantan el pescado y marisco
Los pescados en general, una vez cocinados, no deberían consumirse más allá de un día después de dicha cocción, y siempre habiéndolos conservado previamente en la nevera (jamás dejándolos a temperatura ambiente).
Por su parte, el marisco cocido, si se ha cocinado el mismo día que se consume, puede llegar a aguantar entre dos y tres días tras dicha cocción, pero siempre debe inspeccionarse previamente a su consumo posterior. Si se compra directamente cocido, las etiquetas de los fabricantes suelen aconsejar cuánto tiempo sería el adecuado.
Cuánto aguantan el pollo y el pavo
Las carnes magras cocidas que sobren, como el pavo o el pollo, deberían o bien congelarse o bien consumirse a lo largo de los dos o tres días posteriores a su apertura. Del mismo modo, es aconsejable cubrirlas y enfriarlas en la nevera a poder ser en diversos trozos, algo que conseguirá que se conserven mejor y más rápido.
Si posteriormente se quiere recalentar, no es aconsejable hacerlo más de una vez, pues esto puede aumentar el riesgo de sobrecrecimientos bacterianos o de formación de toxinas bacterianas. Si se calienta la carne a más de 75ºC es posible eliminar las bacterias, pero las toxinas sobreviven incluso a temperaturas superiores.
Cuánto aguantan las conservas abiertas
Las conservas, como los pepinillos o la carne en lata entre otras, suelen asociarse con vinagre u otros medios líquidos ácidos que reducen la actividad del agua. Esto crea un medio poco amigable para el crecimiento bacteriano, siempre y cuando las conservas estén correctamente selladas.
Sin embargo, una vez abiertas no es posible saber con seguridad cuánto tiempo aguantaran correctamente. Si se vuelven a cerrar (que no sellar) pueden durar algunos días mientras el medio ácido se mantenga junto a los alimentos conservados. Aún así, las etiquetas de estos alimentos suelen servir de ayuda para saber de cuántos días se dispone para consumir el alimento tras romper el sellado.
Cuánto aguanta el vino una vez abierto
Si bien es cierto que el alcohol es un conservante natural por sí mismo, su sabor una vez abierto es otro tema totalmente diferente, sin olvidarnos de su calidad. Una vez abierto, el vino "se oxida", dado que el oxígeno ambiental reaccionará con los componentes de esta bebida haciéndole perder color, sabor y por supuesto calidad.
Tras un solo día, el sabor cambia, pero tanto los vinos blancos como los rosados pueden aguantar en la nevera hasta una semana de forma segura. El vino tinto suele oxidarse más rápido, por lo que en apenas tres o cinco días podrían perder todo su valor.
Finalmente, los vinos espumosos no deberían consurmirse más allá de dos días después de su apertura. Aunque, como excepción a la regla, los vinos fortificados como el oporto o el jerez pueden aguantar hasta cuatro semanas si se almacenan en un lugar fresco y oscuro.
Cuánto aguanta el salmón ahumado
El salmón y los alimentos ahumados en general pueden aguantar en la nevera un máximo de tres días tras su apertura. Idealmente debería dejarse guardado en su paquete original para evitar que se seque, o al menos en una bolsa de plástico, si es posible autosellante.
Cuánto aguantan los quesos y embutidos
Las tablas de quesos y embutidos son un clásico navideño, sobre todo en España. Los quesos, según su curación, pueden aguantar incluso semanas, pero deben envolverse correctamente para evitar sobrecrecimientos bacterianos o de hongos. Además, suelen secarse cuando el paquete en el que se venden queda abierto.
Los quesos frescos o "blandos" suelen aguantar menos, apenas una o dos semanas si están en su envase cerrado. Una vez abiertos, en apenas unos días pueden echarse a perder.
Por su parte, los embutidos, como las lonchas de chorizo, salchichón y demás, una vez abiertos, pueden aguantar apenas dos días. El fiambre en general podría durar hasta cinco días.
Cuánto aguantan el jamón cocido y el serrano
Dado que el jamón cocido se cura inicialmente con sal, un método que dificulta el sobrecrecimiento bacteriano y a la vez actúa como conservante, y posteriormente se combina con la cocción, es posible almacenarlo en la nevera hasta cinco días si se compra entero, o bien unos tres días si se corta.
El jamón serrano y la cecina, por su parte, aguantan bien el paso del tiempo una vez abierto, incluso más de una semana. Sin embargo, suelen ir acumulando sal en su superficie tras retirarles su envase, algo que puede dificultar su consumo.
Cuánto aguantan los patés
Los patés son susceptibles a contener listeria, una peligrosa bacteria causante de intoxicaciones alimentarias. Si se deja el paté fuera de la nevera, la posibilidad de sobrecrecimiento bacteriano se multiplica, por lo que es aconsejable mantenerlo en la nevera y bien cubierto, desechándolo siempre tras pasar su fecha de caducidad oficial.
Cuánto aguantan los rellenos
Cuando se rellena el pollo y el pavo, se suelen usar algunos ingredientes como pan, verduras, especias y carne picada de otro tipo. Dicho relleno siempre debe conservarse en el frigorífico, y no debería consumirse tras el paso de cuatro días desde su preparación.
Por otro lado, en cuanto a la cocción del plato se refiere, no es aconsejable colocar el relleno dentro de la cavidad de la misma ave cuando se está asando, dado que puede llegar a dificultad la buena cocción de la misma, y también dificultar la eliminación de las bacterias.
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