Como norma general, no hay fruta mala, siempre que se consuma entera -no en zumos o batidos- y, preferiblemente, de temporada. La clásica sandía, en concreto, posee glutatión, un antioxidante natural, y citrulina, un vasodilatador con efectos tan prácticos como ayudar con la erección. Pero también contienen mucha agua, y la muerte por hiperhidratación es posible al verse las neuronas incapaces de equilibrar los niveles de electolitos. Ocurriría tras comerse 3 piezas enteras para una mujer y 4 para un hombre. ¿Improbable? En Robinson Crusoe, el famélico protagonista se pega un atracón de sandías al descubrir que crecen salvajes en la isla, pero se frena en seco al recordar la historia de un compatriota británico que murió por ese motivo.