La alimentación saludable se ha convertido en una prioridad para mucha gente. El aumento de enfermedades vinculadas con los hábitos alimentarios ha hecho que muchas personas traten de evitar diferentes alimentos considerados negativos para la salud. De hecho, el Balance de la Distribución y el Gran Consumo 2017 reflejaba la tendencia al alza en el consumo de alimentos saludables.

Sin embargo, los avances científicos están dando al traste con los prejuicios hacia ciertos alimentos. Por ejemplo, los huevos, un alimento tan denostado en el pasado como valorado hoy. Aquí vamos a mostrar unos ejemplos que la ciencia ha demostrado que no son tan malos como siempre habíamos pensado.

Grasas

Las grasas son un nutriente que desde hace décadas carga con el estigma de ser nefasto para la salud, especialmente para el sistema cardiovascular, y de hacernos engordar. Un estigma que no se corresponde totalmente con la realidad.

Diana Roig, del Comité Científico de la Fundación Española de Nutrición, explica que conviene diferenciar los tipos de grasas, ya que algunas de origen vegetal (aguacate, aceite de oliva virgen extra…) son muy saludables.

Un estudio con una muestra de más de 135.000 personas de 18 países diferentes, publicado en agosto de 2017, avala esta tesis. Los resultados sugirieron que no existe correlación entre una dieta rica en grasas y el riesgo de sufrir un infarto, como generalmente se ha afirmado.

Gluten

Si no eres celíaco, no tienes motivo para dejar de consumir gluten Pixabay

Los alimentos sin gluten han proliferado, a la par que la sensibilización social hacia la celiaquía. Y muchas personas, sin ser celíacas, han decidido eliminarlo de su dieta, convencidas de que no es bueno para la salud.

En los celíacos, su consumo genera una reacción del sistema inmune que daña la mucosa del intestino delgado, con consecuencias como vómitos, diarreas o dolor abdominal. Para ellas, obviamente, se recomienda eliminar el consumo en su totalidad.

Sin embargo, para el resto, tomar gluten no tiene efectos negativos. De hecho, un informe de la Universidad Pompeu Fabra afirma que huir del gluten puede tener efectos negativos. Se ha demostrado que muchas personas que han eliminado el gluten han disminuido el consumo de granos enteros, lo que les ha privado de sus beneficiosos.

Huevos

Los huevos son la base de muchos platos que gozan de gran popularidad, como la tortilla. Sin embargo, han sido acusados de provocar colesterol y, por lo tanto, de aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Una creencia que, a tenor de los resultados de las últimas investigaciones, ya no se sostiene.

Un análisis publicado en 2018 en la revista 'European Journal of Nutrition' confirmaba que los huevos son un alimento muy saludable. Es más, las propiedades que se le atribuyen son muy diversas, desde prevenir el derrame cerebral hasta actuar en los casos de sobrepeso, como se indica en la web de la Fundación Española del Corazón.

Cafeína

A esta sustancia también se le atribuyen efectos negativos en el organismo, tales como disparar la tensión, crear dependencia o dañar la mucosa del estómago, por lo que se desaconsejaba su consumo regular. Pero las evidencias científicas parecen ir en otra dirección.

Tras analizar los datos de cerca de medio millón de británicos, un estudio publicado en la revista ''JAMA Internal Medicine' asegura que personas que tomaban al menos una taza de café diario presentaron una reducción de la mortalidad en comparación con los que no consumían nada.

Además, tanto la OMS como la FDA (la agencia estadounidense de regulación de alimentos) no consideran el café como una bebida adictiva. Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) apunta a que los riesgos asociados con su consumo son mínimos, siempre y cuando no se superen los 400 miligramos por día, que equivale a unas cuatro tazas de café.

Agua carbonatada

Si te gusta el agua con gas puedes beberla sin temer por tu salud Pixabay

El agua con gas se ha asociado a efectos negativos, como provocar osteoporosis o destruir el esmalte dental. Sin embargo, se ha demostrado que estas creencias son falsas.

El mito de la osteoporosis surgió por algunos estudios que la relacionaron con refrescos que contenían agua carbonatada. Sin embargo, esa relación no se ha apreciado en estudios realizados sobre el consumo de agua con gas, como el publicado por el ‘British Journal of Nutrition’.

Con respecto a la destrucción del esmalte dental, los estudios afirman que no existen evidencias y que su pH es de 5, por lo que es improbable que pueda generar este daño, salvo que entre sus ingredientes se incluyan azúcares o ácidos cítricos.

Queso

En España, casi cualquier región tiene su tipo de queso. Se trata de un producto muy popular, aunque se considera que, por su nivel muy elevado de grasas, por lo que entre otros efectos puede producir obesidad.

Sin embargo, como hemos visto antes, hay grasas beneficiosas. Además, un estudio de la Universidad de Curtin, en Australia, mostró que una dieta alta en lácteos y reducida en calorías puede combatir la obesidad, gracias a los altos niveles de proteína, calcio y vitamina D, entre otros nutrientes.

Edulcorantes artificiales

Muchos estudios han analizado diferentes tipos de edulcorantes, con la conclusión de que su consumo no implica ningún tipo de riesgo. Eso no implica que los sustitutos del azúcar sean totalmente saludables, por lo que su consumo debe ser moderado o eliminado.

Sal

La sal es el condimento más antiguo usado por el ser humano. Sin excesos, no hay motivo para dejar de consumirla Pixabay

La sal es un elemento muy preciado desde la antigüedad. Está compuesta por un 40 % de sodio, de tal forma que es la principal fuente de este metal en nuestra dieta. De ella se ha dicho que puede causar problemas de corazón y aumento de peso.

Sin embargo, se puede consumir con mesura: la OMS recomienda el consumo de hasta 5 gramos al día, pero no más. El organismo explica que una ingesta inferior a esta cantidad en el adulto “contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio. El principal beneficio de reducir la ingesta de sal es la correspondiente disminución de la hipertensión arterial”.

Carbohidratos

Los carbohidratos son, junto con las grasas, los señalados como responsables del aumento de peso. Un nutriente que se encuentra en muchos alimentos de consumo cotidiano, desde el pan hasta las legumbres.

Esta creencia es parcialmente verdadera. Todo depende del tipo de carbohidratos que se consuman. Los peores son, sin duda, los carbohidratos simples que se encuentran en productos procesados y refinados. En cambio, los simples de frutas y lácteos y los complejos de verduras, legumbres, tubérculos y cereales integrales son necesarios para el organismo. De hecho, la Fundación Española de Nutrición recomienda que este nutriente suponga el 55 % de la dieta diaria.

Chocolate

El chocolate negro es uno de esas tentaciones en la que puedes caer tantas veces como quieras Pixabay

No podemos acabar esta lista sin hacer mención a uno de los alimentos probablemente más querido y que más debate ha causado: el chocolate.

Cuando el cacao era consumido en América, antes de la llegada de los españoles, era un producto muy saludable. Fueron los conquistadores quienes, para contrarrestar su sabor amargo, le añadieron azúcar. Y he aquí el motivo por el que es considerado un alimento poco saludable.

Ahora bien, si el problema es el azúcar, tienes que saber que existen chocolates que tienen un porcentaje muy bajo. Nos referimos a los chocolates con una alta proporción de cacao, a partir del 70 %. Estos no solo poseen unos valores nutricionales aceptables, sino que generan importantes beneficios, como ayudar a mantener una buena salud cardiovascular o a mejorar la memoria y la salud mental.

Por tanto, disfrutar del chocolate no supone ningún riesgo para la salud. Solo hay que saber reconocer cuáles son saludables y cuáles no.

[Más información: Esta es la peor tableta de chocolate del 'súper' que, además, te engaña con el nombre]

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