La obesidad es una enfermedad multifactorial. Es decir, no existe una única causa cuya solución pueda poner fin a esta epidemia, sino que se necesitarían un cúmulo de diversas soluciones a diversos problemas que, juntos y en consecuencia, dan lugar al gran problema que es el exceso de peso generalizado en la sociedad actual.
Sin embargo, paulatinamente se van detectando algunas claves que podrían poner fin a la epidemia. Uno de tantos factores sería el comportamiento de las células grasas del organismo humano, las cuales se sabe que son diferentes en personas obesas respecto a personas delgadas, algo que podría predisponer a la obesidad.
Y es que, según un nuevo estudio publicado en Cell Reports, existiría un tipo de células grasas de "combustión rápida", las cuales podrían manipularse con el objetivo de ayudar a perder peso en individuos obesos.
El tipo de grasa importa
En investigaciones anteriores ya se había relacionado el sobrepeso y la obesidad con enfermedades metabólicas. Sin embargo, en esta ocasión los investigadores han detectado que el tipo de células grasas que se posean pueden aumentar dicho riesgo.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron analíticas a un grupo de individuos, llegando a detectar hasta tres subtipos de células precursoras que, en última instancia se convertirían en células de grasa: el primer subtipo liberaba mucha grasa en el torrente sanguíneo, mientras que el segundo subtipo producía células de grasa de combustión rápida; el tercer subtipo, por su parte, creaba células grasas estándar, con una combustión relativamente lenta.
Los tres subtipos de células precursoras estaban presentes en el tejido graso de todo el cuerpo, y se detectaron en las analíticas de todos los individuos estudiados. Sin embargo, algunos individuos tenían más cantidad de un subtipo u otro.
Según Matthew Watt, director de fisiología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Melbourne y autor principal de este trabajo, los resultados indicarían que la composición de estas células en el cuerpo de cada individuo podría ayudar a determinar su salud general: el primer subtipo podría aumentar el riesgo de depositar grasa alrededor del organismo, independientemente de si se sufre sobrepeso o no, mientras que el segundo subtipo prevendría el aumento de peso. El tercero sería un tipo "neutral".
Aún así, se trata de resultados muy preliminares, y aún será necesaria más investigación al respecto, sobre todo para saber si es posible "apagar" las células liberadoras de grasa o subtipo uno, y "encender" las células de grasa de combusión rápida o subtipo dos. Según Watt, desarrollar terapias farmacológicas con dicho objetivo podría costar como mínimo diez años. Pero, si se consigue, podrían evitarse multitud de enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad, y también procesos invasivos como las actuales cirugías bariátricas.
Por el momento la investigación no ha sido capaz de establecer un claro vínculo entre las células grasas y los rasgos de salud, pero Watt espera poder estudiar dicha relación en un futuro cercano.
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