"¿Qué tiene este gazpacho?", le pregunta el inspector de policía a Pepa -la protagonista de Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988), interpretada magistralmente por Carmen Maura. Calmada, la actriz responde: "Tomate, pepino, pimiento, cebolla, una puntita de ajo... aceite, sal, vinagre, pan duro... y agua. El secreto está en mezclarlo bien", le dice a Julieta Serrano, justo después de que el resto de los personajes de la escena -habiendo todos degustado del plato veraniego español por excelencia- cayeran desmayados.
Pepa omite en el listado de ingredientes el Orfidal que también añadió a ese gazpacho concreto pero, por lo demás, incluye en su receta lo que la mayoría de españoles en época estival. Ingredientes que forman parte -en su mayoría- de lo que ahora se denomina real food.
Pero existe un intruso en esa lista, algo cuyo consumo los expertos recomiendan directamente evitar, a pesar de que no sólo es frecuente como ingrediente del gazpacho sino muy abundante en la dieta general de los españoles. Se trata del pan, que se incluye en el 30% de las consumiciones patrias. Según el Informe del Consumo Alimentario en España 2018, de todo el que se consume en España, el 75% es el peor para la salud, el pan fresco blanco.
Es también el que seguramente estará en la mayoría de los gazpachos españoles, sobre todo los elaborados en casa. En los envasados, curiosamente, el ingrediente desaparece como por arte de magia.
Razones para un adiós
Pero, ¿por qué hemos de evitar el pan blanco, tanto en el gazpacho como en la dieta habitual? En primer lugar, y dadas las fechas y la imparable presencia de la operación bikini -ya en sus últimos coletazos- es importante destacar que el pan blanco engorda. Dos estudios españoles publicados en 2013 y 2014 en las revistas British Journal of Nutrition y BioMed Public Health así lo demuestran. "El consumo de pan blanco (dos o más porciones al día) mostró una asociación directa significativa con el riesgo de sobrepeso/obesidad", concluía el más reciente.
El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra Miguel Ángel Martínez - González explicaba a EL ESPAÑOL el efecto que provoca la ingesta de pan blanco en nuestro organismo: "El pan blanco está compuesto fundamentalmente por almidón, un polisacárido que ha sido sometido a un proceso de fermentación y que nuestro cuerpo transforma rápidamente en azúcar. Tomar pan blanco es como comer azúcar. De hecho, si lo tienes un poco de tiempo en la boca, comienza a saber dulce".
Obviamente, el gazpacho no incluye una gran cantidad de pan - en todo caso, mucho menos que su competidor el salmorejo-, por lo que en cualquier caso se considera un alimento saludable, pero está claro que una versión sin este carbohidrato refinado engorda menos que la receta clásica.
Además de que engorda, el pan blanco está asociado a problemas cardiovasculares. "Es un alimento que se elabora con harina refinada y cuyo nutriente principal es un carbohidrato de absorción rápida. Este tipo de nutrientes son un factor de riesgo cardiovascular. Hay estudios de caso y controles de infarto de miocardio en los que, efectivamente, aparece un alto consumo de pan blanco", apuntaba el catedrático de la Universidad de Navarra.
Existe una opción al pan blanco mejor para la salud, que es el pan integral, pero la realidad es que pocas recetas de este tradicional plato español lo incluyen entre sus ingredientes. Teniendo en cuenta que la versión "sin pan" del producto es igualmente deliciosa y fácil de hacer, quizás lo más razonable es borrarlo de la receta. Su salud se lo agradecerá.
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