La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, comunica que ha tenido conocimiento a través del SCIRI (Red de Alerta Alimentaria Nacional) de una notificación de alerta trasladada por las Autoridades Sanitarias de Madrid sobre unas barritas de proteínas, destinadas a servir de complemento nutricional para el ejercicio físico.
El motivo de la alerta la presencia de anacardos no etiquetados en estas barritas proteicas procedentes de Alemania y cuya distribución a nivel nacional "se desconoce por el momento", según AESAN. Esto supone un peligro para la salud de los consumidores que sufran alergia al anacardo y que las coman pensando que son seguras para ellos.
Los datos del producto implicado son: barritas proteicas PowerBar® Protein Plus Low Sugar Chocolate Brownie en cajas de 30 barritas, y de 35 g. cada barra. La fecha de caducidad/consumo preferente es de 09.2020 y el número de lote intervenido es 1729.
Se ha procedido a informar de estos hechos a las Autoridades competentes de las Comunidades Autónomas a través de la Red de Alerta Alimentaria nacional (SCIRI) y también a los Servicios de la Comisión a través del RASFF (Red de Alerta Alimentaria europea).
Como medida de precaución, se recomienda a aquellos consumidores alérgicos a los anacardos que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares que se abstengan de consumirlo. Asimismo se indica que el consumo de este producto no comporta ningún riesgo para el resto de consumidores.
Una alergia que puede matar
Según los datos aportados por el SEICAP, un 1 % de los niños españoles sufre alergia hacia los frutos secos. Un porcentaje muy similar al de Estados Unidos, de acuerdo a algunos estudios. De entre ellos, la nuez es la que se sitúa en cabeza, seguida por anacardos, almendras o piñones.
Las personas afectadas deben abstenerse de comerlos, así como cualquier otro producto que los incluya entre sus ingredientes, como pasteles, mantequillas y aceites. Los efectos de esta alergia son muy graves.
De hecho, los datos apuntan a que las alergias a los frutos secos son los responsables de alrededor del 50 % de las muertes relacionadas con la anafilaxia. Ante estas cifras, es recomendable que quienes sufren esta enfermedad tengan al alcance un autoinyectador de adrenalina para atajar rápido los síntomas de una reacción alérgica grave.
También es reseñable el caso de cacahuetes, que no son frutos secos aunque frecuentemente se consumen como tal sino de una leguminosa, y se estima que entre un 4 % y un 8 % de los niños y casi un 2 % de los adultos son alérgicos. Sus síntomas son muy similares a los de las nueces y pueden oscilar entre reacciones leves o muy graves.
La gran mayoría de personas alérgicas durante la infancia lo continuarán siendo en la edad adulta, ya que se estima que solo un 20 % de los casos se resuelven con el paso del tiempo. No existen pruebas concluyentes sobre las causas de esta patología, pero se especula con razones genéticas.
Cada vez más alérgicos
En los últimos años se ha registrado un aumento en la incidencia en las alergias alimentarias. En España, se estima que cerca de dos millones de personas son alérgicas a algún alimento, según María José Goikoetxea y Carmen D’Amelio, doctoras en el Departamento de Alergología de la Clínica Universidad de Navarra. "El desarrollo de una alergia depende, sin embargo, de diversos factores entre los que se incluyen la genética, la frecuencia de consumo de los alimentos y el momento de su introducción, entre otros", escriben.
La situación "epidémica" de desarrollo de alergias alimentarias en niños occidentales, según un trabajo llevado a cabo por investigadores italianos, tendría una directa relación con un resultado del tratamiento por el que pasan los alimentos procesados, la glicación. Se trata de la acción de los azúcares reductores sobre los grupos amino de las proteínas, tras lo cual pasan a conocerse como AGE (Advanced Glycation End Products o "productos de la glicación avanzada".
Los investigadores encontraron una correlación "significativa" entre los niveles subcutáneos avanzados de AGEs y el consumo de 'comida basura'. En los niños niños con alergias alimentarias, además, los niveles de AGEs en su organismo eran superiores a los que sufrían reacciones alérgicas respiratorias y a los del grupo de control.
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