Como bien recuerda en su nuevo comunicado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, el mercurio es un contaminante medioambiental ampliamente conocido desde hace tiempo, y presente en multitud de productos pesqueros.
De hecho, en 2011, la antigua AESAN ya promulgó algunas recomendaciones sobre cuánto pescado debía consumirse dependiendo del tipo de población. Era algo menos específicas que las actuales: niños de hasta 3 años, mujeres embarazadas o que se plantean estarlo, y madres en periodo de lactancia han sido siempre una población más vulnerable.
Ahora, teniendo en cuenta la nueva información científica disponible, y gracias a la ayuda y colaboración de las autoridades sanitarias autonómicas, la AECOSAN ha podido actualizar las pautas de consumo recomendadas. Vaya por delante que comer pescado es seguro y muy saludable, pero existen algunas limitaciones.
Se sabe desde hace décadas que el mercurio puede encontrarse en los alimentos, dado que se encuentra de forma natural en la corteza terrestre. Pero la actividad humana ha contribuido a que este metal pesado acabe en la cadena trófica alimentaria: los animales lo consumen y acaba finalmente afectando a los seres humanos.
El mercurio está presente en aguas de mares y ríos, y puede concentrarse en proporción variable en los pescados dado que están constantemente expuestos. Además, la cantidad de mercurio en los peces dependerá de su posición en la cadena alimentaria; es decir, los peces depredadores y de gran tamaño, además de los que mayor esperanza de vida tengan, serán los que acabarán concentrando más mercurio. Dichos peces son el pez espada, tiburón, atún rojo y lucio.
Es un fenómeno que se conoce como bioacumulación. Cuando se consumen altas cantidades de mercurio por parte del ser humano, es posible llegar a sufrir perjuicios, sobre todo a nivel del sistema nervioso central en desarrollo. Puede serpor exposición directa tras el consumo de alimentos en el caso de los niños, o de forma indirecta durante la gestación ya que el metal atraviesa la placenta materna.
Qué pescados son más seguros
El consumo de pescado tiene muchos beneficios, desde su aporte energético y proteico, hasta el consumo de nutrientes como yodo, selenio, calcio y vitaminas A y D, sin olvidar los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3.
Teniendo en cuenta dichos beneficios, existen algunos pescados de los que no habría que abusar según su contenido de mercurio:
Los pescados con contenido más elevado de mercurio son el pez espada, el emperador, el atún rojo, el tiburón y el lucio.
Los pescados con un contenido bajo de mercurio son el abadejo, anchoa, boquerón, arenque, bacalao, bacaladilla, berberecho, caballa, calamar, camarón, cangrejo, cañadilla, carbonero, fogonero, carpa, chipirón, chirla, almeja, choco, sepia, jibia, cigala, coquina, dorada, espadín, gamba, jurel, langosta, langostino, lenguado europeo, limada o lenguadina, lubina, mejillón, merlán, merluza, pescadilla, navaja, ostión, palometa, platija, pota, pulpo, quisquilla, salmón, sardina, sardinela, sardinopa, solla y trucha.
El resto de pescados no mencionados, según la AECOSAN, se tratarían como "contenido medio" de mercurio.
Las nuevas pautas del pescado
Así pues, con los nuevos datos en mente, la AECOSAN ha dividido a la población en "población vulnerable" y "población general", adecuando en cada caso el consumo de pescado.
En el caso de la población vulnerable hablaríamos de mujeres embarazadas o en planificación de embarazo, mujeres en periodo de lactancia, y niños de hasta 10 años por un lado, y niños de entre 10 y 14 años por otro lado.
En el caso de mujeres embarazadas y niños menores de 10 años, los pescados de elevado contenido en mercurio deberían evitarse. Por su parte, los pescados con un contenido medio o bajo de mercurio se limitarían a 3-4 raciones de pescado semanales, variando entre especies.
En el caso de niños de entre 10 y 14 años, los pescados de elevado contenido en mercurio deberían limitarse a 120 g mensuales (poco más de una ración). Por su parte, los pescados con un contenido medio o bajo de mercurio se limitarían a 3-4 raciones de pescado semanales, variando entre especies.
En el caso de la población general, hablaríamos de todos aquellos individuos no incluidos en la población vulnerable. En este caso, la AECOSAN aconseja el consumo de 3-4 raciones de pescado semanales, variando entre especies.
Como se puede observar, tan solo en algunas caso se aconseja evitar el consumo de pescado, y solo en aquellos con mayor contenido de mercurio. Por tanto, es importante concluir que el consumo de pescado es seguro y recomendable, pero que existen algunas excepciones puntuales a tener en cuenta.
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