La coliflor es una de las verduras tradicionalmente más odiada por los niños que, seguramente, ignoran dos cosas: que es muy posible que en un futuro les guste -o incluso les encante- y que esa coliflor de color blanco que asusta en un comedor escolar es prima hermana de otras verduras que pueden gustar mucho más, como los grelos.
Todas son crucíferas o brasicáceas, que incluyen más de 3.700 especies que difieren sustancialmente en el aspecto, pero que tienen mucho en común. Y dentro de esas propiedades, que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recordado este mes -por ser las coles un producto sobre todo típico de los meses de frío-, una que resultará atractiva par muchos: su idoneidad en dietas o estilos de alimentación destinados a perder peso.
De las coles se utilizan muchas partes y cada una de ellas tiene un nombre. Algunos ejemplos: los brotes se denominan coles de Bruselas, las hojas son repollo, dos ejemplos de flores brasicáceas muy consumidas son el brócoli y la coliflor y las raíces no son otra cosa que los rábanos.
Además de sus propiedades adelgazantes, todos estos productos comparten otras bondades: son ricas en vitaminas del grupo B, sobre todo en ácido fólico, C, E y K y minerales como el potasio, el calcio y el magnesio.
Relacionado también con su prescripción en dietas de adelgazamiento está su efecto saciente, ya que se trata de verduras con mucha fibra que consigue hacer a quiénes la consumen sentirse llenos en pocos tiempo.
A pesar de todas estas bondades, las coles no son un alimento adecuado para todas las personas. Así, las personas con hipotiroidismo deben consumirlas con precución porque los glucosinolatos interfieren en la absorción de yodo de la dieta.
El mismo consejo se puede aplicar a quienes toman anticoagulantes como el Sintrom, que no deben abusar de alimentos ricos en vitamina K, una de las características de las coles.
Por último, la restricción afecta también a quienes padecen de gota, que deberían evitar uno de los tipos -la col rizada-, ya que esta verdura tiene contenidos relativamente altos de purinas.
En cualquier caso, la recomendación general es incluir estas verduras en la dieta salvo estas excepciones. Estos son los principales tipos y sus características.
Coles de flor
Brócoli
El brócoli, brécol o bróculi, tiene cabezas florales carnosas de color verde en forma de paraguas que se desarrollan desde un tallo central comestible y de los laterales. Las hojas son dentadas de color verde oscuro. Se consumen las cabezas carnosas antes de su florecimiento y las partes delgadas del tallo. Si el color tiene tonalidades amarillentas, eso significa que los capullos están a punto de florecer y pueden dar un sabor amargo.
Coliflor
La coliflor florece en invierno: el frío es responsable de la firmeza y blancura de esta hortaliza. La inflorescencia, de gran tamaño, tiene un color blanco pajizo y está protegida por hojas de color verde que tienen destacadas nervaduras. Se puede consumir cruda en ensalada cuando está muy tierna.
Romanescu
El romanescu es un híbrido entre el brócoli y la coliflor, muy sugerente por si forma, pero con las mismas características son similares al brócoli y coliflor, aunque tiene un sabor más suave y tierno. Se debe cocinar poco para evitar que se deshaga.
Coles de hoja
Berza
Las hojas tienen una forma alargada, con superficie rugosa, generalmente, de color verde oscuro. En una de las verduras más típicas de Galicia. Se utiliza para la preparación de caldos y cocidos: es uno de los ingredientes principales del pote gallego. Ahora la berza es un alimento de moda, con su nombre "moderno": kale.
Coles de Bruselas
Las pequeñas coles de Bruselas son las inflorescencias de una planta de un metro de altura y se reparten por el tallo (unas 25 o 30 por planta), tienen forma similar a una pequeña pelota de color verde intenso.
Col lombarda
La lombarda es una col de color rojo rosado oscuro que tira a veces azulado. En las hojas interiores su color suele ser menos intenso que en el exterior. Este color se debe a la presencia de antocianinas.
Grelos
Es una planta con hojas abundantes. Se trata de la misma planta que la de los nabos. El sabor es muy intenso, con una nota bastante amarga. Se comen cocidos en agua o salteados en la sartén. Es ingrediente principal de uno de los platos gallegos más típicos: el lacón con grelos.
Repollo de hoja lisa y de hoja rizada
Las hojas del repollo tienen un una nervadura central, de color verde pálido o rojo violáceo, y están bien cerradas formando una pelota con un cogollo en el centro y las hojas jóvenes, más tiernas. Si la parte de arriba tiene una coloración más oscura, significa que el repollo es ya viejo.
Coles de raíz
Nabo
La planta del nabo es característica de las zonas frías y templadas del hemisferio norte. La parte comestible es la raíz blanca (nabo) o las hojas en el caso de los grelos. Su sabor suave lo hace ideal para la elaboración de cremas y purés o como acompañamiento de platos de arroz y legumbres. Antes de cocinarlos, y si no se quieren pelar, es necesario cepillarlos bien y lavarlos cuidadosamente para eliminar restos de tierra.
Rábano
Puede ser redondo o alargado, de color distinto según la variedad. La pulpa es blanca, crujiente, de sabor picante. Se comen crudos, en ensaladas o como crudités. Hay que elegir los más pequeños, rabanitos, porque los más grandes pueden ser leñosos.