Los roscones de Reyes son uno de los dulces más icónicos de las Navidades españolas. Se trata de un bollo con forma anular, espolvoreado con azúcar y salpicado de esas coloridas frutas escarchadas tan odiadas como características. No, por muy casero que sea el roscón de Reyes no puede considerarse como un producto saludable. Si sólo se emplean los ingredientes tradicionales, este dulce peca de llevar demasiada azúcar y grasas saturadas procedentes de la mantequilla y, si se añade, de la nata.
Eso sí, cuando el roscón es industrial y se compra en un supermercado es muy posible que, además, incorpore grasas trans y otras pocos saludables procedentes de fuentes como la palma. Aunque el roscón de Reyes se suele comer sólo una vez al año y, por eso, no entraña un gran problema para la salud. De todas formas, si vamos a consumirlo esta semana lo mejor es que no abusemos de él y, a ser posible, cocinarlo para controlar la cantidad de grasas y azúcar.
La Organización de Consumidores y Usuarios, más conocida como OCU, ha pensado en que muchos de nosotros elegiremos uno de supermercado. Sin embargo, elaboraron una lista con los mejores y peores que se pueden encontrar en estos comercios. No sólo tienen en cuenta la calidad nutricional de estos, sino que también se lo dieron a probar a expertos reposteros en una cata.