Superados los excesos navideños y la sempiterna gesta por paladear el mejor roscón de Reyes, la apuesta de la cadena de supermercados Mercadona para facilitarnos nuestros objetivos saludables de año nuevo pasa por promocionar un producto que muchos de sus consumidores ya conocen: los snacks de fruta deshidratada. Concretamente, las bolsas de manzana (20 g.) y piña (50 g.) seca, y las barquillas de dátiles en rama.
Este 'picoteo' saludable, anuncia la empresa de Juan Roig, está elaborado con fruta natural a la que simplemente se le ha retirado el agua y a la que no se le han añadido azúcares. El resultado es que consumir una de estas bolsitas equivale "a una pieza de fruta entera" ya que "mantienen intactas sus propiedades", con la ventaja de que, al contrario que otros tentempiés, es apto para celíacos e intolerantes al gluten.
Muchos consumidores, sin embargo, han mostrado su escepticismo en las redes sociales. Es frecuente que salgan al mercado productos de base vegetal que se promocionan como "saludables" y "sustitutivos de una pieza de fruta" cuando no lo son en absoluto.
Así, a menudo contienen azúcares añadidos para mejorar su palatabilidad y conservación; e incluso cuando se trata de zumos o compotas de base natural, el proceso de triturado transforma los azúcares intrínsecos de la fruta en azúcares libres de alto índice glucémico, que se absorben más rápidamente por el organismo, con todos los perjuicios que ello provoca.
¿Presenta la deshidratación de la fruta los mismos inconvenientes que su prensado para fabricar bebidas? Vaya por delante que la respuesta es que no: efectivamente, la desecación consiste en eliminar la abundante cantidad de agua que contiene naturalmente la fruta y dejar lo demás. Es un proceso antiquísimo nacido bajo el Sol del Oriente Medio y el Mediterráneo: comidas como uvas pasas, dátiles e higos secos son métodos de conserva ancestrales que acompañan nuestra dieta desde hace milenios. Hoy, se usan técnicas como los túneles de secado o la liofilización.
¿Es cierto entonces que la fruta deshidratada mantiene las propiedades nutricionales saludables de la fruta entera? Esencialmente, sí. "Si durante el proceso de deshidratación no se ha añadido ningún ingrediente (azúcares o grasas), la fruta seca equivale a una fruta fresca. No obstante, el contenido en azúcar y las kilocalorías varían considerablemente de unas frutas deshidratadas a otras", advertía en 2015 la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
La ración es lo que cuenta
Una revisión publicada en 2017 en la revista Nutrition Research concluía que el consumo de fruta deshidratada es saludable: sobre 13.000 estadounidenses que proporcionaron sus datos médicos para estudios epidemiológicos, los que la tomaban tenían una mejor salud general, menos enfermedades crónicas y menos sobrepeso que los que no. Sin embargo, los autores ya explicaban en la CNN que había que tener cuidado con las equivalencias: una taza de uvas naturales equivale a media taza de pasas, porque la densidad nutricional -y calórica- es mayor en la fruta seca.
Así, si miramos la etiqueta del snack de manzana deshidratada de Mercadona, encontraremos que aporta 73 kilocalorías, 13 gramos de azúcar y 2,5 gramos de fibra alimentaria. Esto es lo que obtendríamos, a grandes rasgos, comiendo una manzana de unos 150 g.; pero si nos diera por consumir 100 g. de fruta seca, serían 363 kcal y 65 g. de azucares naturales, cuando la UE recomienda no superar los 50 diarios y la OMS lo rebaja hasta los 25 g. Éste es el motivo por el que el semáforo nutricional Nutriscore, que usa los 100 g. como medida básica, le da una calificación 'C' en lugar de 'A' como a la fruta.
El snack de piña, por otra parte, se vende en 50 gramos y es un fruto más calórico que la manzana: comernos toda la bolsa nos meterá 314 kcal y unos discutibles 62 g de azúcar en el cuerpo, pero a cambio, nos aportará 9,2 gramos de fibra alimentaria, un nutriente que necesitamos desesperadamente en nuestra dieta occidental, y 3,4 gramos de proteína vegetal, también muy necesaria. En cualquier caso, dado su contenido en azúcares, sería conveniente racionar la piña seca, añadiéndola por ejemplo a desayunos con yogur natural o queso fresco.
Comer una manzana a media mañana o tarde, en cualquier caso, tiene ventajas sobre la bolsita de snack: comenzando por el precio, ya que sale más cuenta como hábito diario, y por el hecho de que la fruta entera induce mayor saciedad, evitando que 'nos pasemos' con otros consumos insanos. Pero dadas las carencias que tendemos a sufrir en los nutrientes esenciales que la fruta seca sí aporta, se puede concluir que son un complemento saludable. Y se pueden preparar, incluso, en casa.