Además del transporte de los Reyes Magos, los camellos y dromedarios han sido una fuente de alimento en muchas culturas que han vivido en el desierto. En concreto, su leche se ha usado como medicina natural en diferentes regiones del mundo y ahora está tomando fuerza por sus excelentes propiedades nutricionales.
Las clave de la leche de camella es que, en comparación con la de vaca, tiene menor contenido en grasa y mayor porcentaje de sales totales, calcio libre y vitamina C, además de minerales como el hierro.
Ahora, un estudio de la Universidad de Mouloud Mammeri (Algeria) junto con la Universidad de Bretaña Occidental (Francia), ha demostrado que tiene un gran valor probiótico, es decir, presenta una gran diversidad de microorganismos vivos que son beneficiosos para la salud, por ejemplo, de la flora intestinal.
Este trabajo, que analizó la leche de camella de la región de Ghardaia del Sahara argelino, reveló que está compuesta por 15 tipos distintos de comunidades fúngicas y bacterianas. Entre ellas se encuentran multitud de especies de levaduras que se utilizan para su fermentación y crear productos lácteos como mantequilla, queso y yogures.
Complemento nutricional
Por eso, la leche de camella y sus productos fermentados se están probando en distintas investigaciones como complemento nutricional y como ayuda al tratamiento de enfermedades como la diabetes.
Por ejemplo, en la Universidad Tecnológica de Almaty (Kazajistán) han creado una bebida a base de leche de camella especialmente dirigida a los grupos de la población de riesgo, como los niños, las personas con problemas de salud y las personas mayores.
Sus autores afirman que el procesamiento de la leche de camella mejora sus propiedades nutricionales y aumenta la digestibilidad, por lo que consiste en un complemento de alimentación ideal para estos colectivos que necesitan una dieta más completa.
Por otro lado, un estudio internacional liderado por la Universidad de Ingeniería y Tecnología de la Información Khwaja Fareed (Pakistán) usó en ratas con diabetes tipo 1 yogur de leche de camella para aliviar sus síntomas y comparó los resultados con las que tomaron yogur de leche de vaca.
Aunque hubo mejora en ambos casos, observaron una mayor reducción de la glucosa en sangre y una mayor concentración de insulina cuando les administraban el yogur de leche de camella y constataron que, aunque hacen falta más investigaciones, este producto podría ser un complemento útil para el tratamiento de esta enfermedad.