Los huevos de codorniz son un muy buen alimento, capaz de ofrecer unos excelentes valores nutricionales. Es cierto, que aunque cada vez son más populares, mucha gente todavía es reacia a comprarlos por su pequeño tamaño en comparación con los de gallina, que son los más usados.
Sin embargo, aunque los de gallina son cuatro o cinco veces más grandes, los huevos de codorniz poseen proporcionalmente una densidad nutricional más alta, por ejemplo en proteínas o en vitamina B. 100 gramos de estos huevos, por ejemplo, aportarían el 100% de la cantidad de vitamina D recomendada al día, mientras que los de gallina solo supondrían un 36%.
Es precisamente su pequeño tamaño lo que convierte a este huevo en un alimento muy completo. Un solo huevo de codorniz proporciona una porción significativa de las necesidades diarias de vitamina B12, selenio, riboflavina y colina, junto con algo de hierro, todo en una porción que contiene solo 14 calorías.
Aportan nutrientes esenciales
El selenio y la riboflavina son nutrientes importantes que ayudan al cuerpo a descomponer los alimentos que come y transformarlos en energía. El selenio también ayuda a garantizar una función tiroidea saludable.
Por su parte, la vitamina B12 y el hierro promueven la función saludable del sistema nervioso y ayudan a mantener niveles óptimos de energía a través de su papel en la formación de glóbulos rojos.
Además, la colina es vital para ayudar a su cuerpo a producir acetilcolina, un neurotransmisor que envía mensajes desde su sistema nervioso a sus músculos. Gracias a sus componentes y a sus valores nutricionales, el consumo de este tipo de huevos genera una serie de efectos positivos entre la salud.
Aumenta la actividad metabólica
Mejorar el metabolismo suele requerir del cambio de pautas o hábitos alimentarios. En ocasiones, sin embargo, basta algunos pequeños cambios que pueden tener un efecto muy positivo como reducir los problemas digestivos y ayudar con la pérdida de peso.
En este proceso, los huevos de codorniz pueden ser de gran ayuda, ya que como consecuencia de su alto contenido en vitamina B, ayuda a aumentar la actividad metabólica. El resultado final, es una quema más rápida de calorías y, en consecuencia, una contribución a la pérdida de peso.
Refuerzan los huesos
Si bien el nutriente más conocido para el desarrollo óseo es el calcio, hay otros factores a considerar. Los aminoácidos, como la lisina, pueden ser esenciales para una resistencia ósea duradera, especialmente en niños. Junto con otros nutrientes esenciales, estos se encuentran en grandes cantidades en los huevos de codorniz.
Al agregar este alimento a la dieta, también se satisfacen las necesidades de zinc y potasio, reduciendo el riesgo de osteoporosis o de enfermedades que debilitan los huesos.
Reduce el riesgo de anemia
Algunos estudios apuntan al huevo de codorniz como un buen aliado contra la anemia gracias a su alto contenido en hierro. Es un mineral importante que no solo oxigena los órganos, tejidos y células sino que también aumenta la inmunidad.
La ingesta de huevos de codorniz también tiende a aumentar los niveles de hemoglobina en el cuerpo. El hierro y el potasio, ambos prevalentes en los huevos de codorniz, provocan la formación de glóbulos rojos, lo que finalmente estimula la salud de la sangre.
Regula el azúcar en sangre
Está comprobado que muchas personas mantienen unas dietas con excesivos niveles de azúcar y grasa, lo que puede crear inestabilidad en los niveles de azúcar en la sangre. La consecuencia es que puede provocar dificultades para perder peso y enfermedades más graves de nuestro sistema digestivo.
Los huevos de codorniz se han demostrado ser eficaces en la regulación de los niveles de azúcar en nuestra sangre debido a su bajo índice glucémico. Los estudios sugieren que la introducción de huevos de codorniz y sus aminoácidos en la dieta puede ayudar a los pacientes con diabetes a hacer frente a la disfunción.
Algunas precauciones
De igual forma, es importante tener en cuenta algunas precauciones antes de consumir huevos de codorniz. En la mayor parte de las ocasiones, los huevos de codorniz no están pasteurizados, lo que significa que no se han calentado para matar las bacterias dañinas que pueden residir en la cáscara.
Debido a esto, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunes comprometidos deben evitar los huevos de codorniz o asegurarse de que estén completamente cocidos sin secreción ni yema gelatinosa antes de comerlos.
Además, en aquellos casos en los que existe una alergia a los huevos de gallina, es muy posible que también se dé alergia a estos huevos. En ocasiones, puede ocurrir que se presente la alergia específicamente para el huevo de codorniz.
¿Y el precio?
Ya hemos hablado del tamaño y de los beneficios de estos huevos. Otros factores que suelen tenerse en cuenta para elegir este producto es el precio y la disponibilidad.
La realidad es que en los últimos años, en estos dos factores los huevos de codorniz han ganado competitividad con respecto a los huevos de gallina, aunque todavía no han puesto en riesgo su liderazgo.
En relación con el precio, por su pequeño tamaño puede parecer que resulta menos rentable escogerlos frente a otros. Por ejemplo, en la página web del hipermercado Carrefour podemos encontrar un blíster de 18 unidades por 1,19. En cambio, un paquete de 6 huevos de gallina de la misma marca tiene un precio de 1,29 euros.
Con estos precios, si tenemos en cuenta solo el tamaño, es cierto que los huevos de gallina resultan más económicos. Sin embargo, si se valoran otros elementos como los valores nutricionales o la versatilidad que ofrecen en la cocina, muy útil para servir en pintxos y tapas, los huevos de codorniz pueden ser una muy buena opción.