Los pacientes que sufren obesidad extrema son proclives a sufrir antojos e impulsos alimentarios inconscientes que pueden dificultarles el mantener la pérdida de peso después de una cirugía bariátrica, según una investigación que iba a ser presentada en el congreso anual de la Sociedad Endocrina de EEUU, ENDO, cancelado por la pandemia de coronavirus, y que será publicada en el Journal of the Endocrine Society.
La cirugía bariátrica, o de pérdida de peso mediante distintas intervenciones en el tracto gastrointestinal del paciente, es un tratamiento para abordar la obesidad severa cuando el enfoque conductual y de cambio de hábitos de vida no es lo bastante efectivo. Se seleccionan particularmente a los pacientes que alcanzan el rango de la 'superobesidad': cuando su Índice de Masa Corporal (IMC) rebasa los 50 kilos por metro cuadrado.
Son estos pacientes que padecen superobesidad los que muestran una mayor tendencia a volver a engordar después del éxito aparente de una cirugía bariátrica, según el investigador principal, el Dr. Rogerio Friedman del Hospital de Clínicas de Porto Alegre, Brasil. "La proporción de pacientes que vuelven a coger peso transcurrido un tiempo variable tras una cirugía bariátrica puede alcanzar el 20%", explica.
El equipo de Friedman quiso comprobar qué factores cognitivos y conductuales, previos y posteriores a la intervención quirúrgica, podrían explicar las diferencias en la recaída. "La ingesta alimentaria se regula desde los centros del cerebro que controlan el apetito y la saciedad", ilustra. "Parte de nuestro consumo responde a actitudes automáticas, mientras que otra parte corresponde a decisiones deliberadas".
A continuación, se centraron en los sesgos atencionales, es decir, la tendencia a fijarse en determinadas cosas ignorando otras aunque puedan estar en un mismo nivel de importancia. En estudios anteriores, se había sugerido que este sesgo acompaña a comportamientos de consumo de comida compulsiva y emocional, los 'atracones', y que puede conducir a la obesidad. También está asociado, recuerda el especialista, a patologías como la drogadicción, el alcoholismo y el tabaquismo.
Para el estudio, fueron seleccionadas 59 personas que habían sido objeto de una intervención -concretamente, un bypass gástrico en Y de Roux que reduce el tamaño del estómago y envía parte de los alimentos ingeridos directamente al intestino. La mitad partía de una situación de superobesidad, y se les sometió a una prueba de atención mediante un programa informático. Primero debían observar unas imágenes, a continuación se les mostraba rápidamente una flecha, y debían reseñar hacia dónde apuntaba en cada ocasión.
De este modo se pudo medir si sufrían sesgos atencionales de dos tipos: preconscientes y conscientes. "La parte pre-consciente es la que corresponde al milisegundo que hace que nos fijemos en algo antes incluso de darnos cuenta. Es altamente automático", explica Friedman. La función consciente ocurre a continuación. "Te das cuenta de que la imagen está ahí, tienes tiempo para pensar en ello, reflexionar y tomar una decisión al respecto".
El estudio expuso así a los participantes a imágenes fugaces: de dos segundos para medir la atención consciente y de medio segundo para evaluar la preconsciente. En el caso de las imágenes de comida, todos los participantes demostraron una atención consciente. Sin embargo, solo los pacientes superobesos también sufrían de un sesgo preconsciente, es decir, que fijaban su atención sin pretenderlo. "Podemos estar frente a un factor que predispone a la recuperación de peso", advierte Friedman.
Abundando en la cuestión, "este descubrimiento apunta a que los mismos procesos cognitivos presentes en las adicciones operan también en la obesidad mórbida", expone. "Los fenómenos cognitivos y conductuales están detrás de muchos aspectos de la obesidad, y siguen presentes después de la cirugía bariátrica. Esto puede a su vez explicar, aunque solo sea paracialmente, por qué algunos de estos tratamientos fracasan". En cambio, abordan todos estos aspectos en un tratamiento multidisciplinar, sugiere, puede ayudar a controlar mejor esta enfermedad.